El Metamorfo

Me desperté un día como un río, y así, turbio y bronco, pude experimentar el placer al cambiar y abrazar en mis poderosas entrañas a las frágiles gotas que componía mi poderoso ser, pero éste mutó en embriaguez cuando rompì para abrirme paso el gran muro de granito blanco que osaba interrumpir mi arrojado paso.

Pude contenerme para fluir ya tranquilo en el valle , y asì, formando incontables meandros, aplazar por un largo tiempo, el momento de mi encuentro con el poderoso Oceano. Pero, dije, ¿para qué ? Y, así decide mutar, en corriente incontenible. Después de todo, aunque breve y transitoria fue la encontrada expresión de mi voluntad, pude añadir a mi orgulloso espíritu, un elemento adicional cuando por breves segundos, forcé el retroceso de las aguas.