El Día de las Elecciones


En este momento, la atención de todo el mundo se concentra en USA. ¿No vivimos, acaso, en un nuevo mundo que nos da en principio si ponemos un poco de empeño la posibilidad de encontrar en algún lugar del INTERNET la información que requerimos incluso antes que aparezca en la televisión y la prensa escrita? Aunque todavía no es posible conocer con certeza el ganador del concurso electora ya que las encuestas electorales indicaban que la opinión pública americana estaba tan dividida como el año 2000, cuando Vds. perdió las elecciones pero ganó la presidencia , después un controvertido fallo de la corte Suprema que le otorgó la victoria en la Florida, la información publicada en varias portales políticos como drudgeport.com y slate.com , indicaron desde tempranas horas de la mañana que John Kerry , poseía en las encuestas de boca de urna, en estados como La Florida y Ohio, una gran ventaja sobre Vds. La noticia se difundió con rapidez afectando la cotización del petróleo y el mercado de acciones. En efecto, el precio del barril cayó 6 dólares en menos de un día y con él las acciones de las empresas más seguras de la bolsa de mayor mientras que aumentaron las cotizaciones de las acciones tecnológicas. Se produjo también una caída en el precio del oro y un alza en la cotización del dólar. Encuentro, estos movimientos sumamente interesantes por varias razones. Nos indican, en efecto, cual es el curso probable que tomarán los mercados financieros después de que el resultado final sea efectivamente conocido. Además, también nos transmite, si sabemos leer con atención la evaluación que los principales participantes de los mercados financieros hacen del gobierno de George Bush. ¿Por qué, debe preguntarse el lector, reacciona la bolsa de esta curiosa manera a pesar de la obvia imprecisión de la información y no lo hace de una forma opuesta?
Podemos entender estas reacciones si evaluamos los “logros” de la administración Bush en materia económica y las principales características de su política exterior. El domingo, en la prensa americana y europea, aparecieron excelentes artículos discutiendo el tema. ¿Cómo juzga, la prensa financiera de mayor prestigio, la política económica de Bush? En primer lugar, se concluye que la política fiscal del partido republicano puede haber sido ruinosa para los Estados Unidos. En efecto, en el periodo 2001-2004, el presupuesto del gobierno ha pasado de un superávit de 100 billones a un déficit estimado de casi 540 billones de dólares (3,6 por ciento del PBI americano). Las cuentas externas han registrado un comportamiento similar y el déficit de las mismas se estima en 540 billones dólares para el 2004. Según, Peter Petreson, secretario de comercio de Nixon, la administración Vds. es la responsable del mayor deterioro en las finanzas conocido en la historia de los Estados Unidos. Es claro que esta política compromete, en largo plazo, el potencial económico de los Estados Unidos. La política monetaria, por ejemplo, pone en cuestión el papel que desempeña el dólar como moneda mundial y, por esta razón, permitir un rápido avance del euro. ¿Qué persona racional, seguirá captando dólares, si éste, como estiman ya varios especuladores, pierden un 80 por ciento de su valor en el mercado mundial? Ante esta eventualidad, ya se discute la posibilidad entre los países exportadores de petróleo, la posibilidad de usar el euro para cotizar el precio del petróleo. De otro lado, podría afectar la competitividad internacional de los Estados Unidos. Los republicanos, para financiar el incremento en el gasto militar y las reducciones de impuestos a los segmentos más ricos de la población americana, han reducido el presupuesto que USA asigna a la educación y la investigación científica. Con ello, debe reducirse la velocidad del progreso técnico, y, por esta razón, la tasa de incremento en la productividad de trabajo. Y, ¿no eran estos factores los responsables del éxito económico de los Estados Unidos?
No es necesario, para entender las reacciones iniciales, del mercado, hacer mencionar la política exterior de Bush ni sus curiosas tendencias sectarias en materia religiosa, para entender las reacciones del mercado y por qué muchos americanos y europeos, preferían que John Kerry ganara las elecciones.