El Precio del Dólar y el Sobreahorro en el Mundo


Cuando la semana pasada el Departamento de Comercio de los Estados Unidos publicó las cifras de la Cuentas Externas de este país, cayó de forma inmediata la cotización del dólar en las principales financieras del Mundo. Si bien esta drástica reacción de los mercados ha sido de corta duración pues esta semana se registra un movimiento en dirección opuesta, ilustra con bastante claridad cuán inestable es la actual coyuntura internacional. ¿Qué ocurre en el Mundo? ¿Qué explica estas violentas e impredecibles fluctuaciones en las principales variables económicas? Mientras se extiende la consternación y con ella el ansia por encontrar alguno hilo conductor que nos permite entender arcanos tan inescrutables, se multiplican los esfuerzos para explicar esta caótica situación. Comienza así a generalizarse la opinión que la llave de este complicado laberinto está en los pronunciados desequilibrios financieros de la economía estadounidense y, como es común en estas situaciones, se multiplican las visiones y las teorías contrapuestas.

Aunque está extendida la creencia que ve en la política económica del presidente Bush, es decir, en la drástica disminución de las tasas de interés, el incremento en el gasto, y la reducción de impuestos, la causa última de estos monumentales desbalances financieros y con bastante probabilidad sea esta la principal motivación que produjo, la semana pasada, el nuevo derrumbe del dólar, también hay varios especialistas de respeto que no comparten este sentir. En efecto, Ben S. Bernanke, alto oficial del sistema de Reserva Federal y candidato de fuerza para suceder a Alan Greenspan como presidente del sistema, pronunció, en la primera semana de marzo, un comentado discurso para presentar una explicación alternativa. Que, sin duda alguna, complacerá en grado sumo, al presidente Bush y a su ilustre equipo de expertos asesores. Para Bernanke, los monumentales desequilibrios de la economía americana, se explican por un “exceso de ahorro “en el Mundo y, por esta razón, poco tienen que ver con la política económica del presidente Bush o los excesos de los consumidores de los Estados Unidos. ¿Qué origina este exceso de ahorro? En primer lugar, el mediocre crecimiento de las principales economías industriales de Europa y de Asia. En segundo lugar, el impresionante crecimiento de las economías emergentes y especial, el de China y la India.

El sobreahorro en Europa y Asia es, según Bernanke, la principal fuerza que mantiene bajas las tasas de interés de largo plazo en los Estados Unidos y, por esta razón, la que en última instancia explica el irresistible el “boom “de consumo en los Estados Unidos. Una consecuencia importante de esta explicación es que el “miedo” de una crisis financiera o de de un colapso del dólar tiene escaso fundamento. Lo más probable, si este alto oficial esta en lo cierto, es, en efecto, un ajuste gradual en el valor de la divisa americana y una transición suave a una situación más estable.

La nueva teoría, por razones bastante, obvias no ha sido bien recibida en las principales capitales de Europa y Asia, ya que los encargados de la política económica en estos países, culpan de estos desequilibrios a Bush. Después de todo, ¿quién podría resistir la tentación, especialmente, cuando se trata de un país que acostumbrado a predicar al resto del mundo, las excelsas virtudes de sus instituciones, y la gran fortaleza de su voluntad? Pero, si hacemos un esfuerzo, por evitar esta impulso tan irresistible, quizás, podemos intentar discernir cual es la base real de la explicación de Bernanke que, debo decir, encuentro bastante interesante. ¿Se apoya, esta nueva teoría, en alguna evidencia empírica o es solo una hábil y bien concebida construcción intelectual?

Podemos empezar mencionando que hay en efecto numerosos estudios que apoyan la novedosa tesis de Bernanke. En efecto, la población de Japón y Europa envejece con rapidez y a mayor velocidad que la de los Estados Unidos. También, debido lento crecimiento de estos países, los fondos de pensiones, experimentan severas dificultades para encontrar oportunidades provechosas para aplicar los fondos financieros que acumulan los trabajadores para su retiro. La solución es invertir en otras economías más dinámicas y, en especial en los Estados Unidos. Después de todo, la población de este país, gracias a la migración y a la fortaleza del sentimiento religioso, envejece con menor rapidez. Muestra la economía un dinamismo razonable y los mercados financieros son sofisticados y de gran profundidad. Cuando los trabajadores de Japón y Europa, inicien su retiro, retiran los fondos invertidos en Estados Unidos y, en consecuencia, se producirá, según varios economistas estadounidenses, una reversión de las cuentas en el sector externo, con un déficit en Europa, y un superávit en los Estados Unidos.

Hay, sin embargo, otra causa que explica esta tendencia hacia el sobre-ahorro en el Mundo y es el crecimiento de las economías emergentes y aquí la motivación es precaución. Las crisis financieras que cerraron el siglo XX, también demostraron que los mercados financieros internacionales no eran un fuente confiable de fondos de inversión. Por esta razón, muchos de estos países buscan reducir su dependencia de los flujos internacionales de capitales mediante la acumulación de Reservas Internacionales. El proceso produce, en la práctica, a un retorno de fondos a Estados Unidos, y convierte, en consecuencia, a los bancos centrales de Asia, en inversionistas en, los Estados Unidos.

Las nuevas estrategias financieras de las economías emergentes producen en la práctica un cambio importante en el países en el en sistema financiero mundial ya que convierten a estas economías en
exportadoras netas de capital. Hay amplia evidencia de este nuevo patrón de comportamiento. Por ejemplo, como respuesta a la inestabilidad de los tipos de cambio, Corea y Tailandia, decidieron aumentar sus reservas internacionales y han mantenido estas políticas a pesar de haber desaparecidos las restricciones asociadas a la crisis financiera. Aunque China, no experimentó los peores efectos de la crisis, la experiencia de otras economías, produjo una gran preocupación y consternación en Pekín. Como consecuencia, diseñaron una política que busca anticiparse al efecto de futuras crisis financieras que conduce a una acumulación de reservas internacionales. Otra razón que explica esta incesante acumulación de activos internacionales son las intervenciones en los mercados cambiarios que buscan impedir una apreciación de la moneda local, el dinamismo de la expansión exportadora, y el vigor de la economía nacional. Las intervenciones de los bancos centrales mediante la emisión de títulos de deuda en los mercados financieros locales. Los recursos así obtenidos son aplicados por las autoridades para comprar bonos emitidos por el gobierno de los Estados Unidos. Estas operaciones financieras convierten a los bancos centrales de las economías emergentes en intermediarios financieros que canalizan fondos obtenidos en los mercados locales hacia el mercado internacional. Finalmente, se busca reducir la deuda externa y las políticas suponen una reducción en el déficit fiscal o un cambio a favor del mercado doméstico de su fuente de financiamiento.