La Dinámica de la Economía Mundial

Hace algunos días el economista británico Brad Setser publicó en Internet un lúcido ensayo de los principales problemas de la economía mundial[1] Son, en opinión de este destacado especialista, cuatro los factores que regirán la dinámica global: el déficit comercial de los Estados Unidos, la burbuja especulativa China, las enormes deudas de los consumidores estadounidenses, y, el sostenido incremento en el precio del petróleo.

Aunque el enorme desequilibrio comercial de los Estados Unidos tiende a concentrar el interés de la prensa, gobiernos y agentes financieros, todavía no hay un acuerdo evidente sobre las políticas a emplear para su solución ni sobre las consecuencias financieras y reales que pueden derivarse cuando éstas sean efectivamente ejecutadas. Es, sin embargo, evidente que el ritmo de crecimiento de las importaciones estadounidenses no es un proceso que pueda sostenerse en el tiempo y, por esta razón, parece razonable pensar que éste en el futuro próximo debe experimentar una notoria disminución. Como consecuencia de esta desaceleración, se reducirá también la tasa de crecimiento de las exportaciones de los socios comerciales de la potencia americana, se intensificará la competencia, caerán los márgenes de ganancia de las empresas exportadoras de todos los países de la Tierra.

Hay también importantes consecuencias financieras que debemos considerar con atención. En efecto, para financiar su desequilibrio comercial, USA, debe vender a todos los países un conjunto diverso de activos financieros: acciones, bonos emitidos por el gobierno americano, depósitos a plazo, etc. Y, ha sido hasta ahora, la preferencia que demuestran los inversionistas extranjeros por los instrumentos financieros emitidos en Estados Unidos, la fuerza esencial que hasta ahora ha mantenido bajas las tasas de interés. El año 2004, por ejemplo, los bancos centrales del mundo, compraron casi un tercio de los bonos de largo plazo emitidos en USA, y, financiaron el 75 por ciento del desequilibrio externo en cuenta corriente de este país. Cuando el dólar bajó de precio, produjeron estas inversiones pérdidas considerables. De continuar la devaluación de la moneda americana, es probable que no continúen estas compras y, por esta razón, que aumenten las tasas de interés no sólo en Estados Unidos sino en todo el Mundo. Al aumentar el costo de crédito, se produciría una caída en el consumo y la inversión, una reducción en la producción y el empleo, una abrupta caída en el precio de las materias primas, y, así, una recesión.

Es la expansión de la economía china y el impacto de la misma en distintas partes del mundo el segundo factor esencial para la economía mundial actual. ¿Puede China mantener su actual ritmo de crecimiento y administrar los problemas que al interior de su economía el mismo proceso? El problema es el extraño coeficiente de inversión cuyo valor estimado en 50 por ciento del PBI no tiene un claro precedente histórico. ¿Indica el valor del mismo, como pensaban varios economistas del siglo pasado, un inminente crisis por sobre inversión? ¿Puede mantenerse este descomunal esfuerzo de acumulación? En China, las tasas reales son bajas y el sistema bancario rebosa en liquidez.; crecen los préstamos a portentosos ritmos, y, el precio de la tierra y los terrenos parece aumentar sin límites. ¿Reventará, acaso, por el creciente proteccionismo de los Estados Unidos y la desaceleración de su economía, esta burbuja especulativa?

Una crisis en China podría tener repercusiones no sólo en Asia sino en todos los países en vías de desarrollo ya que provocaría una abrupta caída en el precio internacional de todas las materias primas y, por esta razón, también un brusco descenso en el valor de las exportaciones. Con este evento se verían inmediatamente afectados todos los países que exportan materias primas: las economías exportadoras de petróleo – por ejemplo, Venezuela y Ecuador--, los exportadores de metales – Chile y el Perú, y, los exportadores de alimentos – Brasil y Argentina--. Si este evento coincidiera con una crisis en Estados Unidos, el resultado sería una enorme deflación cuyo impacto aunque difícil de predecir sería sin duda alguna devastador.

El tercer fenómeno decisivo para la estabilidad de la economía mundial es el enorme crecimiento de la deuda de las familias en Estados Unidos. Este desarrollo es vital para mantener el crecimiento de los Estados Unidos pues el mismo se apoya en el crecimiento del consumo y la construcción residencial. Es evidente que si dejara de crecer el gasto de las familias estadounidenses no sólo se vería afectada la economía de USA sino también la de todos los países que mantienen relaciones con este gran gigante de la economía mundial. El desenfrenado plan de gastos de las familias en Estados Unidos no parece apoyarse en un crecimiento en sus ingresos personales sino en las ganancias de capital que provoca el “boa” de construcción en USA.

Si bien este tema es poco conocido en América Latina ya que en nuestra región no se manifiesta este fenómeno económico, es importante indicar que ha sido una notoria característica de la expansión en curso, el incremento en el precio de las casas y terrenos. Pero, ¿por qué debe interesarnos este peculiar y ajeno desarrollo? ¿Qué relación puede haber entre éste y la salud de nuestra economía? Sucede que en efecto hay una relación que aunque no evidente a primera vista desempeña un papel esencial en el momento económico actual. El descenso de las tasas de interés produce un incremento en el precio de las casas y terrenos ya que el valor de las mismas se calcula capitalizando el flujo futuro de alquileres. Luego este incremento estimula la construcción residencial ya que hace más rentable construir que comprar una casa antigua. También eleva la Riqueza de todas las personas que cuentan ya con una propiedad inmobiliaria. Este aumento de la riqueza le permite al beneficiado ir a un banco y conseguir con facilidad un préstamo ya que el banco conoce que éste si vende la propiedad siempre le podrá pagar. Con los recursos financieros así obtenidos puede el beneficiario aunque sus ingresos no hayan crecido aumentar su consumo ya que financia el mismo con los recursos financieros proporcionados por el banco.

¿Han descubierto en USA el secreto para consumir sin trabajar? No. La burbuja hipotecaria es un hecho históricamente documentado y es claro que tarde o temprano termina reventando. El problema real son las consecuencias que produce este episodio especulativo cuando llega a su infeliz término. Por ejemplo, en Japón, a finales de los años ochenta se documentó una manía similar que cuando reventó quebró a todo el sistema financiero del país y sumió, casi por diez años, a la economía de esta nación asiática en una profunda decadencia. Debo indicar, sin embargo, que el episodio en USA no parece tener la misma magnitud que la manía japonesas pero no por ello deja tener relevancia para la dinámica de la actual coyuntura económica.

La cuarta fuerza que afectará la dinámica de la economía global es el incesante incremento en el precio del petróleo. No es necesario, sin embargo, explicar con detalle cuáles son las consecuencias de este fenómeno y solo me gustaría indicar antes de terminar que estos incrementos han provocado en el Mundo interesantes juegos geo-estratégicos que espero tener la oportunidad de explicar en otra ocasión.



[1] El lector interesado si cuenta con un acceso a Internet puede leer el útil ensayo de Brad Setser en la siguiente dirección electrónica: http://www.roubiniglobal.com/setser/archives/2005/04/a_glass_half_em.html