Las economías de América Latina al finalizar el año 2004

José Luis Machinea, secretario ejecutivo de la Comisión para América Latina y el Caribe (CEPAL), ofrece el día de hoy una conferencia de prensa para dar a conocer el Balance preliminar de las economías de América Latina y el Caribe 2004. Este importante documente es probablemente una de las más importantes publicaciones que elabora la CEPAL pues discute las principales tendencias y hechos destacados que marcaron la vida económica de los países de la región. Aunque todavía no tengo en mis manos este útil trabajo me gustaría aprovechar la ocasión para indicar al lector la dirección electrónica del portal de la CEPAL http://www.eclac.cl donde el lector aprovechado podrá obtenerlo sin costo alguno.

¿Cuáles son los aspectos más notorios que rigen, en el momento actual, el dinamismo económico de América Latina y cuál ha sido el impacto de éstos en los distintos países que componen nuestro continente? Dos son los aspectos que atraen inmediatamente la atención: un incremento en la tasa de crecimiento económico y un balance positivo para el balance en cuenta corriente de toda la región. En efecto, según un estimado del Fondo Monetario internacional, la tasa de crecimiento del PBI de América Latina será 4,6 por ciento en el 2004. Indico, a continuación, las tasas de las economías más importantes: Argentina ( 7 por ciento), Brasil ( 4 por ciento), Chile (4, 9 por ciento), Uruguay (10 por ciento); Colombia (4 por ciento), Ecuador ( 5,4 por ciento), Perú (4,5 por ciento), Venezuela (12,1 por ciento); México ( 4 por ciento) , América Central (3,3 por ciento) y el Caribe (0,3 por ciento). Detallo, a continuación el resultado que corresponde al balance de la cuenta corriente dado su naturaleza excepcional ya que éste mide el endeudamiento neto de la región y es esta vez positivo para América Latina: América Latina (0,5 por ciento), Argentina (1,1 por ciento), Brasil (1,2 por ciento), Chile (0,5 por ciento) ; Colombia ( menos 1,1 por ciento), Ecuador (2,8 por ciento), Perú (menos 0,4 por ciento) , Venezuela (11,3 por ciento); México (menos 1,2 por ciento), América Central ( menos 5,2 por ciento) y el Caribe (menos 0,2 por ciento).

Es claro que estos resultados no son sino una reflexión de las peculiares condiciones económicas que prevalecieron en este año que termina en los mercados de materias primas. Por ejemplo, el incremento en el precio de petróleo fue recibido, sin duda, recibido con entusiasmo por los ciudadanos de Colombia, Ecuador, México y Venezuela ya que posibilitó la ejecución en estos países la ejecución de una política económica expansiva que al impulsar la demanda agregada aumentó, en estos países, el empleo y la producción. El incremento en los precios internacionales benefició también las economías de los países exportador de metales (Chile, Jamaica y el Perú) y productos agrícolas (Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y Paraguay).

¿Aprovechará América Latina la oportunidad contenida en esta coyuntura económica, excepcional y transitoria, para reducir la debilidad estructural de su economía o volverá a repetir los mismos errores que cometió en el pasado cuando por el azar de las circunstancias se configuraron escenarios similares? ¿No es, acaso, propicia la ocasión para poner en práctica estrategias que tengan como objetivo fundamental lograr una reducción significativa de las razones deuda / pbi y así prepararse para enfrentar desde un posición de fortaleza las consecuencias que se producirán cuando se reviertan estas condiciones? En cualquier caso, el futuro más inmediato no parece muy prometedor: El Fondo Monetario proyecta para el próximo año una reducción en el dinamismo económico por el incremento en la tasa internacionales de interés, la desaceleración de China y USA, y el incremento en la inflación que al incrementar el precio de los bienes terminados producirá una reversión en los términos externos de intercambio.

¿Cómo se comparan los resultados obtenidos este año por el Perú con los de nuestros vecinos? Un observador poco experimentado en cuestiones económicas podría con facilidad advertir que el PBI crecerá este año a una tasa menor que el promedio regional y que el balance en el sector externo es también inferior al promedio. Pero, este juicio es apresurado, como tendremos oportunidad de explicar cuando llegue la ocasión, ya que no toma en consideración lo ocurrido en los años precedentes. En efecto, los agregados son promedios poco representativos de las tendencias generales pues contienen los efectos de la recuperación de Argentina y Venezuela. Pero esta es otra historia y preferimos dejarla para otra oportunidad.