Rosemary Thorp



Mientras veía caer la nieve, solo en una casa y en medio del bosque, pensaba en el silencio y en los placeres que podemos experimentar cuando tenemos la oportunidad de percibirlo. El ruido, especialmente, el continuo y persistente, es una característica de las grandes ciudades, detestable abominación, porque no nos permite escuchar el inmarcesible silencio de la creación, esas mismas voces que inspiraron elevados versos, la aislada ubicación de los templos griegos, y, el enigmático oráculo de Zeus en Dodona, donde hablaba el dios meciendo suavemente las hojas de los robles que ahí crecían.




Pero esta meditación tuve que interrumpir cuando oí el timbre de una enigmática llamada que provenía del Perú. Quien llamaba era Felipe Portocarrero, nuestro rector y estimado amigo, para preguntar si aceptaba encargarme del discurso que en este momento escuchan. No dude en aceptar la gentil invitación de nuestro rector, aunque justo cuando finalizó la llamada inmediatamente reconocí que estaba metido en un gran aprieto.


En primer lugar, porque pocos en América Latina pueden igualar el prestigio e influencia de la obra de la profesora Rosemary Thorp, quien domina con especial talento el difícil arte de escribir visiones de conjunto sobre la economía de todo un continente o un país en particular. En un mundo dominado por especialistas se hace difícil encontrar un talento de esta naturaleza, y, por esta razón, cuando comienza a florecer arrebata inmediatamente nuestra atención, pues su mera manifestación, bajo las condiciones que dominan la investigación actual, revela una energía y vigor difícil de emular. También, es oportuno recordar que el año pasado la profesora Rosemary Thorp de la Universidad Católica del Perú recibió el Doctorado Honoris Causa. Para la ceremonia que se celebró para otorgar esta distinción, Javier Iguiñiz y Waldo Mendoza, prepararon y leyeron sendos discursos de una calidad excepcional. Aunque agradezco la gentileza de Javier y Waldo, por facilitarme una copia de estos discursos, pues me han ahorrado una gran cantidad de trabajo, también me veo obligado a intentar igualar su perspicacia y calidad. Finalmente, les debo confesar que es la primera vez que leo un discurso y que, por esta razón, no tengo una buena idea del tiempo que pueda consumar el ejercicio. Si excediera el tiempo anticipado o cometiera alguna falla formal, les pido disculpas por anticipado.



Dicho esto, puedo empezar y lo haré con una breve explicación de algunas previsiones que he contemplado preocupado por la brevedad. Para no sorprenderlos debo explicar el procedimiento que he concebido para preservarla, ya que puede tomarlos por sorpresa. Su éxito presupone que ustedes pueden, al mismo tiempo, escucharme y leer lo que aparecerá en la pantalla, pues su contenido se altera cada cierto tiempo. En ella, aparecerá una presentación escueta de las responsabilidades institucionales y la lista detallada de la producción profesional de la obra de la profesora Rosemary Thorp, y, este proceso me evitará la necesidad de mencionarla explícitamente en el discurso. Aunque he intentado mantener cierta correspondencia entre el contenido del discurso y el contenido de la pantalla, debo advertir que la misma no es perfecta. Después de todo, ¿no presupone la nueva tecnología de la información que somos capaces de realizar un ejercicio semejante?



Inicio esta sección con el relato de una conversación que sostuve a la hora del almuerzo con el profesor Jürgen Schuldt, quien es un entusiasta admirador del trabajo y método de la profesora Rosemary Thorp. Aunque todos conocemos los múltiples intereses de Jürgen, mantiene en secreto una enigmática pasión por las cuestiones metodológicas más abstractas y no puede resistir un impulso natural hacia la especulación. Cuando entré a su oficina, en aquella ocasión, leía el último libro de Adolfo Figueroa, en el que resumía sus ideas sobre la sociedad sigma. Después de discutir brevemente las principales tesis de Adolfo, y, cuando nos dimos cuenta que era un convencido Popperiano, iniciamos una entretenida conversación sobre este tema, porque no entendíamos esta enigmática simpatía de nuestros amigos de la Católica sienten por la obra de este conocido filósofo. Como ambos sentimos una natural repulsión hacia el ingenuo positivismo que expone Friedman en su libro de Microeconomía y encontramos las tesis de Popper muy próximas a éste, y, no es difícil comprender cómo un economista estructuralista como Adolfo pueda expresar simpatía tan desmesurada. En realidad, nos sentimos más próximos hacia la corriente contraria, es decir, hacia las ideas del anárquico Feyerabend, para quien no existen reglas metodológicas inmutables y una clara racionalidad en el trabajo científico. Pero para convencernos y comprobar nuestras ideas, hemos leído en estos últimos años, biografías, y, en especial la correspondencia privada de varios filósofos, poetas , y , economistas , pues sospechamos que todo el proceso es dominado por ciertos principios básicos, es decir, existe un “método anárquico” , que no siempre funciona , ni es apropiado para todos los problemas. Como en él, la imaginación y la intuición educada por la práctica, desempeñan un papel fundamental, nos hemos dedicado a explorar, a la hora de almuerzo, los distintos mecanismos que pueden despertar estas cualidades. Quizás, por esta razón, la conversación que inicialmente versaba sobre Popper, derivó en un intento por definir una especie de biblioteca mágica, que estimulara entre nuestros alumnos estas cualidades. Como es obvio, en aquella ocasión progresamos poco en el intento, pero no por ello he desechado la idea. Menciono esta disgregación, porque cada día estoy más convencido que uno de los libros que podríamos incluir en la “Biblioteca Mágica del profesor Schuldt”, es Perú: 1890-1977. Crecimiento y Políticas en Políticas en Una Economía Abierta, a mediados de los 1970s, por Rosemary y Geoffrey Bertram. Y, pienso que Jürgen, concordaría inmediatamente con esta propuesta.


Por esta razón, he decido centrar la apreciación que haré de la obra de Rosemary, tomando a esta obra, como punto de partida y base fundamental, pues la lectura personal que hago de su producción intelectual, me sugiere que desempeño un papel fundamental, en el desarrollo de su obra posterior.


Se trata de una elección arriesgada, parcial y bastante discutible. Por ejemplo, puede ser probable que en el extranjero muchos piensen que el trabajo fundamental de Rosemary es su estudio Progreso, pobreza y exclusión. Una historia económica de América Latina en el siglo XX, que escribió a invitación del BID , y, que fue publicado en español, inglés , francés y portugués, en los 1990s, pero aunque esta obra es la expresión más clara de su madurez intelectual, y, probablemente, un centro más adecuado para discutir su trayectoria intelectual, porque soy peruano, es mayor mi fascinación por la Historia del Perú. También es claro que otros podrían encontrar más apropiada una exposición más balanceada de la producción intelectual de Rosemary, y, evitar así esta espinosa y arbitraria discusión, pero puedo argumentar que soy un anarquista metodológico consecuente, a quien los libros le interesan no sólo por lo que dicen sino por lo que dejan de decir, y, por esta razón, determina su apreciación, considerando la inspiración que recibe de los mismos. Finalmente, como justificación, tengo la suerte de sugerir, para obtener esta visión balanceada, si no lo he hecho antes, leer el excelente discurso que preparo Javier Iguiñiz, el año pasado. Sin embargo, me gustaría, mencionar antes de entrar a discutir la historia del Perú, escrita por Rosemary, que las obras mencionadas no agotan en modo alguno su producción intelectual. Aprecio los estudios que realizó sobre la inflación y política económica en diversos países latinoamericanos, en particular, la selección de artículos que publicó sobre el efecto de la Gran Depresión en América Latina, y, en el estudio en el que realizó un análisis comparativo de las instituciones de Colombia y el Perú. También mencionar sus últimas investigaciones que versan sobre la descentralización, la democracia y la violencia, en distintos países del mundo.


Me gustaría explicar por que siempre he leído la historia de Rosemary con tanta desmesura. Y, empiezo, mencionado que lo hecho varias veces. La primera vez lo hice, al finalizar los 1970s, y, todavía lo recuerdo, pues fue probablemente el primer libro que leí íntegramente en inglés. Como los exalumnos de la Compañía de Jesús, no se caracterizan por dominar esta lengua, sólo pude terminar el libro después de tres meses. Aunque esta primera lectura no fue muy placentera, el ejercicio me sirvió para memorizar un vocabulario básico de términos económicos, y, me permitió así leer otros artículos. Aunque no pienso haber entendido, en esta primera lectura, los principales argumentos de la historia, me intrigó, en particular, la gráfica donde Rosemary reproducía, la trayectoria de las exportaciones del Perú, en los últimos 70 años, y, por la sección donde resumía el patrón de desarrollo que era propio de nuestra economía. Debo confesar que todavía sigo pensando en este tema , y, como demostración les pido reparar en el gráfico que voy a mostrarles en la pantalla, donde he sustituido , la data comercial que Rosemary incluyó en su historia, por un índice del producto interno , y, ampliado el horizontal temporal del gráfico original. Lo hago porque la figura manifiesta con enorme claridad uno de los rasgos más característicos del desarrollo de largo plazo de nuestra economía, y, es un ciclo prolongado cuya duración podemos estimar en cincuenta años. Como la existencia de este fenómeno, puede detectarse con relativa facilidad, después de una lectura atenta de la historia de Rosemary, y, aún el fenómeno no posee un nombre definido, lo denominaré el ciclo de Thorp y Bertram. Si bien la brevedad de tiempo, me impide exponer en detalle las propiedades de este fenómeno, me gustaría mencionar algunas de las mismas, y, en especial aquellas que pueden derivarse del análisis original que hiciera Rosemary cuando concibió su historia.






Perú: 1830-2021. El Ciclo de Thorp y Bertram. Puede descargar los datos del gráfico si presiona aquí


Podemos, en efecto, comenzar con la idea, desarrollada por Rosemary, que la economía y la sociedad peruanas, son prisioneras de las poderosas fuerzas que rigen la dinámica de este peculiar fenómeno. Para decirlo brevemente el problema de fondo es que no se trata sólo de un fenómeno exclusivamente económico sino también de una dinámica institucional y política que tiende a preservar el patrón de especialización primario exportadora. Como parece que sólo podemos lograr el desarrollo, con políticas de largo plazo que eviten una nueva reproducción de esta dinámica, parece indispensable estudiar con detalle todo el proceso. Pero para hacerlo tenemos que superar varios problemas metodológicos, pero como no puedo discutirlos en detalle, mencionó solo los principales. El primero de ellos tiene que ver con los métodos estadísticos que suelen utilizar los economistas para estudiar los ciclos económicos, pues los mismos no permiten aún caracterizar con precisión las principales propiedades estadísticas del ciclo de larga duración. El segundo problema es que aún desconocemos cual es la causa del ciclo. Aunque es posible detectar cierta correspondencia, entre el ciclo de Kondratieff y el ciclo de Bertram y Thorp, solo podremos demostrar la misma con un estudio que describa el impacto de largo plazo de las distintas revoluciones tecnológicas sobre la economía peruana. En cualquier caso, este ejemplo, demuestra con claridad el tipo de inspiración que podemos encontrar escondida en los libros de Rosemary.


Aunque encuentro fascinante el estudio de las propiedades de este fenómeno, podemos encontrar en esta historia del Perú, otras ideas poderosas. Me refiero, en particular, a la sección de la historia donde Rosemary, nos relata cuándo y cómo se fundó el Perú moderno, y, en especial, la idea singular de que el impulso que permitió superar los efectos de la invasión chilena provino del empuje de los empresarios nacionales. Una notable tesis que nos muestra que en el Perú el problema nunca ha sido la carencia de capacidad empresarial, sino la incapacidad de las empresas nacionales para consolidar y aumentar su escala. Como sabemos, los empresarios de principio del siglo XX vendieron al capital extranjero sus principales activos, pero cuando Wong hace dos años hizo exactamente lo mismo, pocos recordaron este precedente. ¿Existe, me pregunto, algún factor económico objetivo que pueda explicar esta peculiar predisposición de nuestro empresarios más dinámicos? Sospecho que para encontrar una respuesta a este interrogante, tendríamos que interpretar la historia financiera del Perú. Conjeturo, que el problema tiene mucho que ver, con los mecanismos de concentración y centralización del capital. En esta perspectiva, podemos reinterpretar el papel que juega el capital extranjero en el proceso de desarrollo peruano. En efecto, la evidencia estadística sugiere que en el largo plazo tiene poca importancia el papel que desempeña en el proceso de financiamiento de la inversión. Logra, sin embargo, controlar las industrias más rentables y prometedoras de nuestra economía, porque puede superar las barreras de escala de estas inversiones. ¿Explican, acaso, nuestra turbulenta geografía estas barreras? ¿Venden nuestros empresarios sus activos porque no cuentan con un mecanismo eficiente que les permita concentrar y centralizar el capital? Es claro que se requiere investigar con detalle este punto.


Para terminar, quisiera comentar otra idea que también podemos encontrar en la historia económica de Rosemary; y ésta tiene que ver con la explicación que le podemos dar al gobierno militar de los años 70s, y, a la expansión que se registró en la actividad empresarial del estado a partir de los 60s. Debemos admitir que no tenemos una explicación clara para este fenómeno. Para algunos, las ideas desarrollistas que prevalecieron en esos años desempeñaron el papel fundamental en el proceso, pero este argumento omite señalar porque se volvieran súbitamente tan populares. Como no pienso que en el proceso tuvo nada que ver con la perversidad innata del pensamiento de la Cepal, simpatizó con una sugerencia que podemos encontrar en el texto de Rosemary. Para ella, uno de los impulsos decisivos que provocó la expansión de la actividad empresarial del estado fue el desesperado intento por contrarrestar los efectos de la disminución en la inversión extranjera que observamos después del II gobierno de Prado. Me pregunto si podemos probar esta idea tan cautivadora, y, para hacerlo quizás, probablemente, tengamos que determinar este fenómeno.


No puedo finalizar la exposición sin mencionar otra característica de la historia del Perú que escribió Rosemary, y, ella está ligada a la elaboración paciente de estadísticas e información económica necesaria. Cualquier persona familiarizada con las estadísticas históricas peruanas, puede apreciar , sin dificultad, el enorme esfuerzo que debe haber significado la elaboración de la historia. Los datos estadísticos y la información cualitativa relevante, existe pero está dispersa, y, el proceso de ubicar las distintas fuentes, separar la información relevante, y, de seleccionar los datos, exige una enorme paciencia y tenacidad. La historia de Rosemary no fue un libro fácil de escribir, y, sospecho que por esta razón, Rosemary debe mantener un vivo recuerdo de su elaboración. Es obvio, que todos los que no hicimos el trabajo, debemos estar infinitamente agradecidos a ella.


Desafortunadamente, el tiempo me impide discutir plenamente la profunda influencia que ha ejercido en el Perú la historia y el trabajo Rosemary. Pero, puedo mencionar que por ella muchos estudiantes peruanos han podido realizar sus estudios de postgrado en la universidad de Oxford. Incluye la selección historiadores de talento y economistas destacados . Y, muchos de ellos, al retornar al Perú han elaborado obras que pueden ser tan apasionantes como la historia que escribió Rosemary.



Por ejemplo, sólo en nuestra universidad estudiaron con Rosemary, Carlos Boloña, Felipe Portocarrero, Enrique Vásquez, Andrea Portugal y Angella Ucelli.



He terminado.muchas gracias.