La Competencia Mundial por la Energía

Cuando hace dos años Estados Unidos decidió a pesar de la abierta oposición de casi todos los países del Mundo invadir Irak, después de una intensa discusión que buscaba dilucidar las reales intenciones del gobierno del presidente Bush, aparecieron varias hipótesis para explicar esta singular decisión de la primera potencia militar del planeta. Si bien la explicación más razonable vinculó la aventura militar estadounidense al petróleo y la energía pocos en ese entonces pudieron imaginar que con ella se iniciaba un nuevo período de persistentes incrementos en el precio de la energía. Por el contrario, la opinión común esperaba que con el fin de las operaciones militares el precio del petróleo bajara con rapidez. Sin embargo, no fue este al caso ya que el análisis inicial no pudo percibir un hecho que en a la actualidad resulta evidente: la oferta de energía no crece a la velocidad requerida para mantener el balance del mercado y atender las necesidades de Estados Unidos y las nuevas economías industriales de Asia.

El departamento de Energía de los Estados Unidos, por ejemplo, estima que el consumo global de energía, crecerá en cincuenta por ciento en los próximos 25 años. Gas y petróleo serán los combustibles más demandados ya que la demanda por estos productos se expandirá a un tasas de 68 y 57 por ciento respectivamente. La fuerza esencial que explica este incremento en la demanda es la expansión del consumo del mundo en desarrollo que crecerá, según esta misma fuente, en 96 por ciento en el período en cuestión. Crucial factor de este desarrollo es la transformación de China y La india en economías industriales ya que la demanda de petróleo del primer país crecerá 156 por ciento y la del segundo país en 152 por ciento.

Si la industria petrolera tuviera la capacidad para acomodar la demanda de China y la India estas escalofriantes proyecciones no representaran un desafió importante para la estabilidad de la economía mundial. Sin embargo, un número creciente de expertos en cuestiones energéticas cuestionan esta capacidad. En efecto, se extiende la creencia que postula el fin más o menos inminente de la era del petróleo. Sostienen que los principales yacimientos de petróleo del mundo están en proceso de agotarse y que los nuevos descubrimientos no ocurren que sería necesaria para reponer el petróleo de los yacimientos agotados.

Si bien es teoría denominada en inglés “Peak Oil “no es nueva ya que apareció en los años 60s en los Estados Unidos cuando un experto en petróleo creó un método que permitía pronosticar el período de vida de una yacimiento de petróleo, en los últimos años, su popularidad, probablemente debido a la influencia de Internet, ha aumentado de modo significativo. En los últimos cuarenta años no se ha descubierto importantes reservas de petróleo y en la última década, en realidad, sólo se han sido encontrados y desarrollados los yacimientos del mar Caspio. De otro lado los antiguos yacimientos ubicados en Rusia, el golfo pérsico y estados Unidos muestran una caída importante en su producción. Varios conocidos geólogos, por esta razón, creen que la producción de petróleo experimentará, en las próximas décadas, una reducción y no un aumento.

Como es natural la noticia ha provocado honda preocupación en los gobiernos de las principales economías industriales de mundo y una competencia frenética por controlar las fuentes de energía disponibles y ya conocidas. Esta competencia no tiene sólo una dimensión económica sino también política ya que como consecuencia de la misma aparecen fricciones y tensión entre los principales actores involucrados en el proceso. Por ejemplo, en abril, ocurrieron en toda china, manifestaciones anti-japonesas por un yacimiento de gas natural que se disputa China y Japón.

En un interesante artículo aparecido en la edición de Mayo del 2005 de “Le Monde diplomatique”, Rafael Kandiyote, realiza un detallado análisis de la situación en Asia y del papel crucial que Rusia desempeña en el proceso. China enfrenta, en el momento actual, dificultades crecientes para abastecer de energía y esta su gobierno en un plan que ´pueda garantizarle el acceso futuro de estos recursos. Crucial para la estrategia China es la colaboración de Rusia ya que en Siberia se ubican importantes los yacimientos que podrían atender la demanda de China. Cuando el régimen de Putin decidió recuperar a favor del estado ruso el control del petróleo en los años de Yeltsin, creo un nueva compañía donde participa activamente el gobierno chino ya que éste esta dispuesto a financiar un gasoducto de 2,400 kilómetros hacia su territorio. Por otro lado, el gobierno de la India planea colaborar con Irán en un proyecto similar que lleve gas natural hacia su territorio.

La actividad de China se manifiesta también en Sudamérica y en ella Venezuela parece desempeñar un papel crucial. El gobierno de Chávez, debido a su conflicto con los Estados Unidos, está empeñado en diversificar el destino geográfico de sus exportaciones de petróleo y ha recibido con entusiasmo la oferta china para desarrollar los yacimientos del golfo de Venezuela. La oferta parece incluir un oleoducto que atraviese Colombia y lleve el petróleo algún puerto colombiano en el Pacífico.

El gobierno estadounidense no es ajeno a esta competencia. Por esa razón no ve con especial complacencia ni los planes chinos en Asia ni en Sudamérica... Después de la reunión que el presidente Bush sostuvo el rey de Arabia Saudita, la secretaria de Estado Rice ofreció a la prensa oscuras y enigmáticas declaraciones que parecen sugerir que la cuestión energética será un punto esencial de la agenda de la política exterior del presidente Bush en su segundo gobierno. La misma secretaria Rice en su último viaje a Rusia criticó a Putin por nacionalizar a la compañía privada “Yukos” y sugirió que las nuevas restricciones a la inversión impuestas por el gobierno ruso podrían tener un efecto negativo en los planes de inversión en Rusia de las principales empresas estadounidenses.

¿Se intensificarán estas tensiones en el futuro? Es probable que la respuesta sea afirmativa.

¿