El Reino del Terror

Con el título "El Reino del Terror" publicó el New York Times un interesante artículo de Paul Krugman y éste parece provocar una violenta reacción en distintos sectores de la opinión pública estadounidense. ¿Qué tema tartadó el distinguido economista para suscitar tal visceral indignación ? ¿Criticó, acaso, el polémico columista de la polémica exterior república y su vano intento de justificar la ofensiva de las fuerzas armadas contra el Libano y los grupos fundamentalistas mulsumanes? ¿Cómentó, quizás, el último reporte económico del Departamento de Comercio y las aterradoras estadísticas económicas incluidas en el mismo que parecen, con claridad indicar, que la parálisis de la economía mundial es más o menos inminente? ¿O, concentró Paul Krugman su atención en el Perú y en el discurso de nuestro nuevo presidente? El talentoso cometarista prefirió dejar el desarrollo de estas abstrusas materias para otras personas mejor dotadas, ya que prefirió ocupar su atención en los resultados de una encuesta, "The Harris Report", donde se indica que el 50 por ciento de los ciudadanos de Estados Unidos creen que Iraq contaba con un arsenal de armas de destrucción masiva al estallar la II Guerra del Golfo Persico. Aumenta al parecer la inquietud de Krugman concocer que esta cifra parece aumentar, pues en febrero del 2005, sólo el 36 por ciento del público estadounidense compartía esta singular creencia. Indica también la desoaldora encuesta que el 64 por ciento de los ciudadanos de USA creen que Saddam Hussein poseía fuertes relaciones con Al Qaeda y otras ramas del fundamentalismo musulmán.

Las Visiones de Dobson Hobson

De Las Visiones ...

Cuando ya nos hayamos ido

Cuando ya nos hayamos ido
y broten gigantes flores
en el borde mismo del barranco
¿Nos soñara, acaso, alguién ?

La Ciudad de las Últimas Cosas.

Hay en el extremo del Mundo un abismo inmenso y negro y en él, cuando se cansan las horas y llega la noche, se vierten, frías y broncas, las aguas de Océano, el gran río que confina el Todo. Dicen los pocos viajeros que visitaron esta agreste región y pudieron regresar, que hay una ciudad, adornada con bellos murales de tiesa pero firme piedra. Desde su plaza mayor, puede verse, un desierto de malva arena, afiladas y altísimas montañas. Por las tardes, enormes olas baten los barrancos de sus costas y traen espesa niebla, también un viento áspero que barre sus extrañas y sinuosas calles. Aunque nadie parece recordar el antiguo nombre de la ciudad, aún viven en ella hombres que no parecieron muy sorprendidos al ver llegar a su puertos las naves de la expedición que organizó, hace ya algún tiempo, Leto, el último emperador del Mundo Conocido. Sin embargo, actualmente sus taciturnos habitantes, la conocen con el nombre de la Ciudad de las Ultimas Cosas. Si bien aún no hemos podido comprobar la exactitud de sus afirmaciones, también dicen que ésta fue construida , en los años iniciales del Tiempo del olvido, por que al parecer pueden poseer una gran antigüedad.