Las personalidades más destacadas del mundo financiero parecen ya no tener reparo alguno para confesar su franco desconcierto. Nadie parecer entender con claridad lo que ocurre en la economía mundial ni saber cómo solucionar el monumental enredo. ¿Es, acaso, esta opresiva sensación de confusión, este exceso de desorden, la principal motivación que explica el enorme número de conferencias, trabajos de investigación, comentarios y proyecciones apocalípticas, de estos últimos meses? Puede ser pero no por ello el proceso pierde interés ya que resulta ser una experiencia inédita en la historia humana. Nunca antes se contó con tan monumental información pero este hecho, en vez de favorecer una solución fluida y oportuna a los problemas globales, parece sólo desasosiego por doquier.
Si bien se hace cada día más difícil escoger y explicar un fenómeno específico ya que no es claro cual es su peso, importancia o papel en el curso efectivo de los acontecimientos, me gustaría reseñar, los eventos y fenómenos que en las últimas semanas han concitado el mayor interés de los especialistas en cuestiones internacionales. Podemos empezar caso con las conclusiones de
El misterio al cual Greenspan dedica el integro de su importante discurso es, en realidad, no resulta difícil de explicar y se manifiesta con claridad en el mercado financiero de los Estados Unidos por lo que también es fácil de detectar. Se trata del comportamiento sin precedentes en la tasa de interés de largo plazo que rinden los bonos emitidos por el Tesoro americano. Sucede que pesar del incremento en la tasa de interés, el rendimiento de estos papeles en lugar de aumentar, se ha reducido. En efecto, el rendimiento de estos papeles, a principio de junio, fue de 4 puntos porcentuales, es decir, 80 puntos básicos menos que el rendimiento del año pasado. En el mismo lapso, la tasa de interés de largo plazo, aumento en 200 puntos porcentuales.
Quizás, puede apreciar con mayor claridad el lector por que el fenómeno provoca la sorpresa de Greenspan a nuestra realidad financiera. Ocurriría, en el Perú, un suceso equivalente si el Banco Central aumentará a 5 puntos porcentuales la tasa de interés y como consecuencia las tasas de interés que los bancos comerciales cobran por los préstamos en lugar de aumentar se redujeran. Un fenómeno de esta naturaleza provocaría también en el Perú el asombro y total desconcierto de todos los especialistas en cuestiones financieras.
El problema real de un fenómeno de estas características es que impide el funcionamiento de la política monetaria restrictiva diseñada por el Banco Central para contener el crecimiento del consumo y la deuda en Estados Unidos ya que la mecánica operativa de la misma depende crucialmente de l efecto que ésta posee sobre la tasas de interés de largo plazo. Puede también, el lector, entender la razón, si traducimos las consecuencias de este fenómeno a nuestra realidad financiera. Por ejemplo, un día cualquiera, nuestro banco central puede encontrar exagerado el crecimiento del consumo y la inversión en el Perú y decidir incrementar las tasas de interés para moderar el crecimiento de estas variables. El Banco Central sólo tendría éxito si el incremento en la tasa de interés por operaciones interbancarias produjera un incremento en el costo de crédito ya que es esta elevación en los costos el factor que permite regular a la política monetaria el ritmo de crecimiento de la demanda agregada. Si el costo de los créditos no reaccionara en la forma indicada perdería el Banco central todo control sobre la marcha de la economía.
¿Cómo explicar este extraño fenómeno? ¿Ha perdido el Banco Central de los Estados Unidos todo control sobre la marcha de su economía? ¿Tiene alguien algún control sobre la economía mundial? Preguntas cómo estas explicar, sin duda alguna., explican por qué Greenspan decidió dedicar el íntegro de su discurso a detallar las probables explicaciones de estas tendencias tan singulares como extrañas.
Para algunos economistas estos desarrollos son una señal univoca de un inminente recesión. Opinan, en efecto, que las cotizaciones del mercado adelantan eventos que ocurrirán en el futuro próximo, es decir, la depresión que se registrará en la economía mundial cuando el gobierno de los Estados Unidos se decida ajustar sus impresionantes desequilibrios financieros. Como se anticipa que éstas podrían afectar de modo adverso las cotizaciones de las acciones, el precio de las casas, etc., y determinar así un descenso abrupto en la rentabilidad de los activos reales, muchos especuladores se adelantan a los eventos, compran bonos, ya que anticipan obtener ganancias por esta operación financiera. Aunque la explicación es convincente no es para Greenspan satisfactoria. Pregunta, por ejemplo, ¿por qué no se registra el fenómeno inverso cuando aparecen signos de expansión en el mundo? Y, probablemente tiene razón.
Un segundo grupo de economistas postulan otra explicación y que tiene ver con el comportamiento de los fondos de pensiones, las tendencias demográficas de los países industriales y el comportamiento de las tasas de ahorro en todo el mundo. Tampoco Greenspan se encuentra satisfecho con la explicación pues el fenómeno no es nuevo y nunca tuvo un efecto notable sobre el comportamiento de la tasas mundial de interés. Entonces, pregunta, Greenspan, ¿por qué ahora resultan relevantes estos desarrollos?
Un tercer grupo de economistas favorecen una tercera explicación y que se apoya en la impresionante demanda por bonos americanos por parte de China, Japón y otras economías asiáticas. Aunque Greenspan admite que estas compras pueden haber contribuido a deprimir el rendimiento de los bonos encuentra, después de considerar el enorme tamaño del mercado de estos papeles, encuentran modesto el efecto.
Sin inclinarse por una explicación particular, Greenspan, señala con claridad los evidentes peligros y riesgos asociados con este fenómeno. De una relevancia particular, para el Perú y América Latina, es el efecto del mismo sobre las primas de riesgos y sobre la rentabilidad de los bonos que tenemos colocados o planeamos colocar en el mercado financiero de los estados Unidos. Como el fenómeno reduce las primas de riesgo, produce también una reducción en el diferencial que el Perú paga por estos recursos en el mercado estadounidense. En otras palabras, la reducción en la prima de riesgo por los bonos de USA que el gobierno peruano atribuye a notable desempeño de nuestra economía, puede no tener su origen en el vigor de nuestra economía sino en este curioso fenómeno.
Para terminar, me pregunto, si la operación financiera que acaba de anunciar nuestro Ministro de Economía ha considerado estos desarrollos. ¿No nos sorprenderá un imprevisto en el futuro? ¿Una corrección drástica y no prevista de esta distorsión ?