¿Cuál es la tasa de crecimiento de la población en el Perú?

Todos los meses el Instituto Nacional de Estadística (INE) publica un interesante informe técnico que intenta seguir la dinámica del Movimiento Migratorio en el Perú. Aunque este interesante documento es normalmente ignorado por la prensa económica, y los especialistas en análisis social, no por ello pierde valor la información contenida en el mismo. Lamentable error ya que las tendencias registradas en estas estadísticas la más importante restricción para el desarrollo del Perú como nación.

Tiene, sin embargo, esta actitud una razonable explicación pues en el Perú cuando se piensa en las tendencias que afectan nuestra demografía existe la predisposición a imaginar una situación que ya no corresponde con nuestra realidad. ¿No es, acaso, bastante extendida la opinión que la tasa de crecimiento de la población es excesiva y no se defienden con cierta vehemencia políticas públicas que busquen reducir la tasa de crecimiento de nuestra población? Por esta razón, es probable que los estudiosos de los movimientos migratorios cuando intentan analizar las consecuencias que estos tienen sobre nuestra economía consuman su empeño y curiosidad en tratar de aislar las principales variables económicas y sociales que rigen la dinámica de este fenómeno. Si bien es este esfuerzo es sin duda digno de elogio, la excesiva concentración en estos importantes temas se basa en el implícito supuesto que éstos tienen sólo una importancia secundaria sobre los determinantes de nuestra demografía. Lamentablemente, la información contenida en los informes sobre el Movimiento Migratorio por el INE parecía indicar lo contrario y así cuestionar la exactitud de las proyecciones oficiales de población y los estimados sobre la tasa de crecimiento de esta misma variable. Explico, a continuación, cual es la razón que justifica esta temeraria afirmación que no tiene otro propósito que llamar la atención sobre un punto que podría ser fundamental para el desarrollo de largo plazo del Perú.

Podemos empezar con un importante documento publicado por el INE en Julio del 2001. Se trata del “Boletín de Análisis Demográfico No. 35” pues en el mismo se explica con gran detalle los principales supuestos de los estimados oficiales de población. Como bien indica la citada fuente, el crecimiento de la población en el Perú es un resultado de la mutua interrelación tres determinantes básicos: la Fecundidad (el número de hijos promedio por mujer), la Mortalidad Infantil (el número de niños muertos) y la Migración Internacional. Así, para elaborar, los estimados oficiales de población, nuestros demógrafos se ven obligados a elaborar estimados oficiales para cada uno de estos determinantes. Poseen, sin dudad alguna, gran experiencia en el pronóstico de las variables propias del análisis demográfico como lo demuestra la poca diferencia que tradicionalmente ha existido entre los resultados censales y los estimado oficiales. No pienso, por esta razón, poner en duda estas proyecciones ya que no soy especialista en este tipo de cuestiones. Me gustaría, sin embargo, preguntar si la proyección de la fecundidad consideró el impacto sobre la fecundidad de los problemas masivos de esterilización en los años 90s. En cualquier libro de demografía se indica que la difusión amplia de los métodos artificiales de control de la población puede determinar una reducción rápida y drástica del número de hijos por mujer. Es bastante conocida que la fecundidad en Europa experimentó esta trayectoria a finales de los años de 1950s cuando se difundieron en la población del Viejo Continente las prácticas artificiales de control natal. El punto podría tener gran relevancia ya que el estimado oficial de fecundidad asume la siguiente trayectoria una trayectoria suave para la fecundidad en las zonas rurales del país. En efecto, en la proyección oficial en numero de hijos por mujer en las zonas rurales de un valor de 5,20 hijos por mujer en el quinquenio 1995-2000, a 4,56 en el quinquenio 2000-2005, y, a una valor cercano a 2,75 hijos por mujer en el 2025. Me pregunto si esta trayectoria refleja el impacto de los programas de esterilización ejecutados por el gobierno de Alberto Fujimori. En cualquier caso, la experiencia en otro país parecía sugerir un descenso más drástico en la fecundidad. En cualquier caso, no pienso poner en duda estas proyecciones y me gustaría dejar el tema a la experta evaluación de nuestros demógrafos.

Lo que me gustaría, sin embargo, poner en debate, son los supuestos que utilizan nuestros demógrafos para calcular la trayectoria el Movimiento Migratorio en el Perú ya que la información de los informes recientes del mismo INE parece demostrar que estos pronósticos subestiman de notorio modo la dimensión de este fenómeno. En efecto, las tendencias reflejadas en estos informes parecen indicar que éstos poseen una influencia fundamental sobre la evolución de nuestra demografía. ¿Cuáles es la dimensión del movimiento migratorio y el efecto tiene sobre nuestra demografía? ¿Cómo pueden afectar los estimados de población?

Según la información publicada por el INE el saldo del Movimiento Migratorio , es decir, la diferencia entre salidas legales y entradas legales, de peruanos y extranjeros fue el siguiente: 92, 524 (año 2001), 191,785 (año 2002), 192,862 (año 2003), 248,204 (año 2004) y aprox. 300,000 (año 2005). Si acumulamos estas cifras llegamos a la conclusión en el período 2001-2005, abandonaron el Perú, aproximadamente 1,000, 000 de peruanos. Esta, sin embargo, es una cifra “mínima” ya que los registros oficiales probablemente subestimen la magnitud del fenómeno. Sin embargo, nos indica que en último quinquenio 200,000 peruanos han decidido abandonar nuestro país. Cuando comparamos esta cifra con los estimados para este mismo quinquenio del Boletín de Análisis Demográfico podemos verificar con facilidad que el movimiento migratorio representa casi el cincuenta por ciento del crecimiento natural de la Población. En efecto, según los estimados oficiales, el crecimiento natural de la población en el período 2000-2005 era de 462,000 personas. Si deducimos de éste, el movimiento migratorio, llegamos a la conclusión, que el incremento efectivo de la población por año fue de 262,000 personas. Esta cifra difiere significativamente de la cifra incluida en el Boletín que calculaba un incremento neto de la población de 402,000 personas. ¿Qué quiere decir estos números? Dos cosas importantes. En primer lugar, nos indica con claridad que la tasa de crecimiento de la población podría ser en la actualidad menor al 1 por ciento anual. En segundo lugar, que la población del Perú, podría en estar sobrestimada como mínimo en casi 700,00 personas. En tercer lugar, esta cifra podría ser mayor ya que la fecundidad podría estar también estar subestimada y las cifras de la migración podrían ser mayores. Estimados mas bajos para la fecundidad podría arrojar el sorprendente resultado que de la población de aproxima al cero por ciento anual.

El panorama complica si intentamos estimar una trayectoria para la población. Un cálculo bastante grueso que se basa en el supuesto de que el porcentaje de la población que decide migrar se mantiene, arroja que la población total en el Perú, el año 2025, llegaría bajo estas condiciones , a sólo 30,000 millones, cuando el según el estimado oficial, esta cifra en el año 2025 ascendería a 35,000 millones .

Se trata, sin duda alguna, de un tema fascinante ya que el mismo nos debe llevar a considerar preguntas que hace algunos años considerábamos absurdas o poco relevantes. ¿Podría, por ejemplo, comenzar a disminuir la población en el Perú, en un futuro relativamente próxima? ¿Qué consecuencias podría tener este descenso en el ritmo de expansión de la población sobre el sistema privado de pensiones o sobre el sector educativo? ¿Debemos rediseñar los principales programa de inversión pública ser rediseños para tomar en cuenta la nueva realidad demográfica del Perú? ¿Podría detener este inédito fenómeno detener en algún fecha en el futuro el crecimiento económico? ¿Podríamos encontrar dificultades en los próximos años dificultades para reponer a las generaciones que se retiran de la vida productiva?

Termino indicando las tasas de crecimiento de la población que he computado después de corregir los estimados oficiales de población.

Tasa de Crecimiento de la Población


Estimado Oficial

Estimado Corregido

2000-2005

1,5

1,0

2005- 2010

1,4

0,7

2010-2015

1,3

0,6

2015-2020

1,2

0,5

2020.2025

1,0

0,3




[1] Publicado en el diario Correo, Septiembre 2005

Los Dilemas de la Política Monetaria

Hace algunos meses apareció en el portal que la CEPAL mantiene en Internet un interesante análisis comparativo de los distintos sistemas cambiarios de los países andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú y Venezuela). Preparado por Paul Beckerman, un conocido consultor internacional que el año pasado visitó el Perú , el ensayo posee, por varias razones, tiene un indudable interés ya que no son frecuentes en la literatura económica estos análisis comparativos y cuando son realizados no incluyen a nuestro país dentro de la muestra[2] Aunque los especialistas en cuestiones internacionales probablemente conozcan ya el ensayo de este conocido especialista también, en esta ocasión, posee el trabajo un interés más general no sólo por sus conclusiones sino porque el mismo evalúa de forma bastante positiva al sistema cambiario del Perú e incluso a otros países tomar como modelo a nuestro país. Y, no es frecuente que esto efectivamente suceda. Concluye, en efecto, Paul Beckerman, que el mejor sistema cambiario que otorga a las autoridades un margen de maniobra suficiente para cambiar, cuando las circunstancias lo requieran, de un objetivo que busca preservar la estabilidad a otro que ponga énfasis en el crecimiento. Después de analizar las experiencias de los países andinos, concluye que los arreglos cambiarios que prevalecen en el Perú reúnen precisamente estos requisitos. Dice, textualmente,”… el sistema cambiario peruano aunque frecuentemente citado como ejemplo del miedo a flotar es probablemente el menos malo de los regímenes ya que permite a la tasa de cambio funcionar como el ancla básica de la estabilidad, excepto en los momentos en que eventos exógenos cambian de un modo drástico la tasa de cambio de equilibrio”.

Parece en consecuencia que el Perú después de ensayar, en el pasado siglo XX, todos los sistemas cambiarios posibles, haber encontrado finalmente una solución a este elusivo problema de política económica. No así este el caso en otros países de América Latina. ¿Debemos, acaso, recordar las enormes dificultades que experimentaron Brasil o espectacular fracaso Argentino y los problemas de competitivos de la economía del Ecuador? No parece necesario aunque estas discusiones parecen tener una naturaleza cíclica y no sería sorprendente que en cinco o diez años vuelvan a renacer la popularidad de las propuestas radicales de dolarización. Esta discusión, por ahora, parece superada pero hay, en el horizonte, financieros nuevos e interesantes problemas que pueden plantear un importante desafío para el diseño de la política monetaria en el Perú y América Latina.

El primer problema importante es cómo responder ante los incrementos en la tasa de interés en estados Unidos. A principios de mes, la tasa de interés de los Estados Unidos llegó a 3.5 por ciento anual y es probable que estos incrementos continúen en el futuro inmediato y que las tasas estadounidenses excedan el 4 por ciento anual al finalizar el año.

El directorio del Banco Central de Reserva del Perú ha decidido no responder ante estos incrementos y mantener la tasa de interés en soles en 3 por ciento anual. Generó la decisión un escenario, es decir, una coyuntura donde la tasa de interés en soles es menor que la tasa en dólares. ¿Habrá habido algún especialista, en los años de 1990s, capaz de imaginar esta inédita coyuntura? ¿Indica, acaso, esta curiosa anomalía que hay importantes cambios en la lógica del sistema financiero internacional y que USA comienza a perder, a favor de otras naciones, el control del sistema financiero internacional? ¡Quien sabe! Pero, ¿qué razones justificaron esta singular pero poco comentada decisión? Las autoridades peruanas citan en la Nota de Prensa que comunica al público interesado su determinación tres razones para justificarla: (a) la tasa de inflación muestra en los últimos meses una clara tendencia a disminuir; (b) esta tendencia, en opinión de la autoridades, continuará todavía por algunos meses y se espera que la tasa de inflación se ubique alrededor de la banda inferior del rango para la meta de inflación , (c) la economía peruana perece crecer , sin presiones inflacionarias, a un ritmo sostenido y se proyecta que crezca alrededor de cinco por ciento anual durante el segundo semestre del año,.

Aunque la decisión de nuestras autoridades es sólo provisional ya que puede ser modificada cuando el directorio apruebe un nuevo programa monetario en Setiembre, es indudable que en los meses por venir pueden crecer las presiones para que el Banco Central aumente el interés en soles. Es claro que esta situación donde el costo de crédito es mayor en USA que el Perú, es difícilmente sostenible, ya que la misma puede provocar una salida de fondos del Perú hacia otras plazas financieras más rentables. Es, sin embargo, improbable, que en el corto plazo se produzca esta salida de capitales pues es probable que la diferencias entre las tasas peruanas y las estadounidenses, sea todavía lo bastante reducida para justificar los costos financieros del movimiento de fondos. Según los expertos en estas cuestiones, cuando se acumula un diferencia entre 1 o 1.5 por ciento, se justifica el movimiento de modo que el Banco central podría ajustar sus tasas en el Perú cuando las tasa en Estados Unidos excedan el cuatro por ciento.

No ha sido el Banco Central del Perú el único banco en el Mundo que decidió no responder a los movimientos del interés en Estados Unidos ya que tampoco lo ha hecho el Banco Central Europeo y varios bancos Centrales de Asia. El problema es que neutralizar mediante la imitación los cambios del interés en Estados Unidos refuerza las presiones hacia la apreciación de las monedas locales y aumenta el costo financiero de las operaciones financieras requeridas para sostener el valor del dólar. Ello es así porque los Bancos Centrales emiten bonos en moneda nacional para financiar las compras de dólares que impiden que esta moneda descienda de precio. Estas operaciones financieras, cuando el tipo de cambio permanece fijo, favorecen al Banco central cuando el costo de los fondos en el Perú es menor al de Estados Unidos. No debe, sin embargo, creer el lector que esta es la razón real que impulso a nuestras autoridades a adoptar su decisión, ya que los bancos centrales no acostumbran a tomar en cuenta cuando adoptan decisiones de política este tipo de consideraciones.

Es interesante mencionar que el Banco Central de Chile se inclina, por el momento, por imitar la política monetaria de Estados Unidos, es decir, incrementa las tasas de interés en Chile si hay un incremento en los Estados Unidos. Aunque esta política podría parecer a primera vista la más sensata ya que evita la necesidad de hacer un ajuste brusco en el futuro no está libre de problemas. Como puede verificarse analizando la gran discusión es la marcada tendencia que muestra el peso chileno hacia la apreciación. En efecto, el valor del dólar en nuestro vecino del sur, acaba de alcanzar su valor más desde julio del 2000 y esta situación ha provocado el reclamo general de todos los exportadores en Chile. Argumentan los exportadores que una ciada mayor del dólar podría afectar la competitividad de las exportaciones de Chile e impedir el desarrollo de nuevos productos de exportación.

El problema es sin duda complicado ya que no resulta obvio cual es el curso más razonable para la política monetaria. Tiene, sin embargo, el Rancio Central , en esta oportunidad tiempo suficiente para analizar las ventajas o desventajas de distintas estrategias de acción dada la cómoda situación en e sector externo.



[1] Publicado en el diario Correo, Agosto del 2005

[2] Puede el lector que decida aprovechar las ventajas de Internet encontrar el ensayo en la siguiente dirección electrónica:

http://www.eclac.cl/publicaciones/DesarrolloEconomico/7/LCL2237PI/lcl2237i.pdf

La Carta de Intención

¿Cuál es la misteriosa determinación que impulsa a las principales autoridades peruanas a contratar con el Fondo Monetario Internacional un acuerdo Stand by? No es la motivación una apremiante urgencia financiera pues el arreglo no proporciona recursos al Fisco sino al Banco Central y esta institución no necesita, en las circunstancias actuales, liquidez adicional. Tampoco resulta plausible la justificación alternativa que afirma que este arreglo financiero posee una gran utilidad pues le permitirá al Perú defenderse contra los peligrosos riesgos de la inestable coyuntura internacional. La suma contratada es demasiado reducida para ser de de utilidad a este respecto. ¿Necesita, acaso, el Banco Central más reservas internacionales? ¿Tan negro es el futuro curso del porvenir que nuestras afligidas autoridades después de contemplar el apocalíptico panorama han comenzado a tomar en serio la posibilidad de que podamos perder todos nuestros activos internacionales? Como pienso que nuestras autoridades económicas son personas sensatas y, por esta razón, poco propensas a ejercicios tan desenfrenados, me inclino a pensar que tampoco esta posibilidad explica la potente motivación que lleva a la firma de una nueva carta de intención

¿Qué explica, pues, la firma de este memorando de entendimiento entre el Fondo Monetario Internacional y los representantes del gobierno peruano? ¿Cuál es en realidad la función de este destacado documento? Parece que se trata de una conveniencia interna, es decir, de un vehículo que tanto el Ministerio de Economía y Finanzas como el Banco Central encuentran útil para contener los ocasionales desenfrenos de nuestra representación nacional y de otras esferas del poder ejecutivo. Aunque cuestionar la política económica siempre resulta un ejercicio difícil, lo es más si las propuestas económicas del Ministerio de Economía y Finanzas se incluyen en la Carta de Intención. Por esta razón, resulta útil leer con atención este documento ya que varias de sus cláusulas pueden decirnos mucho sobre las preocupaciones e intenciones de nuestras autoridades económicas. Contiene, en efecto, la carta de Intención importante información que podemos destacar.

Podemos empezar porque es la primera vez que se incluye un compromiso de esta naturaleza por el quinto artículo de la Carta de Intención. En él, el gobierno peruano se compromete a preservar el marco institucional sobre el que se basa la autonomía del Banco Central y, dentro de sus competencias institucionales, a que no prosperen modificaciones de su ley Orgánica que pudieran debilitar dicha autonomía. También el Banco Central expresa en este artículo sus compromiso con es esquema de metas de inflación, y a un objetivo de inflación de 2,5 por ciento anual, con una banda de mas o menos 1 punto porcentual. La intervención en el mercado cambiario se limitará a suavizar la excesiva volatilidad del tipo de cambio y el sistema de pagos de la ALADI sólo deberá ser utilizado para las operaciones de Corto plazo,

Si bien los compromisos asumidos en cuestiones de política monetaria no constituyen ninguna novedad, resulta bastante interesante este nuevo compromiso que busca preservar la autonomía del Banco Central. ¿Percibe el directorio del Banco Central algún desarrollo que atente contra su autonomía? Pace que efectivamente este es el caso. Ya, el año pasado, en algunas comisiones del congreso se discutieron varias propuestas legislativas para modificar la composición del directorio. En el momento actual, varios congresistas discuten otra propuesta legislativa que pretende transferir a la Superintendencia de Bancos importantes atribuciones del Banco Central. ¿Son, acaso, estos nuevos desarreglos de algunos de nuestros parlamentarios la real motivación que explica su súbita aparición en la Carta de Intención?

No sólo se limita este memorando de entendimiento a cuestiones que tienen que ver con la política monetaria ya que también el Ministerio de económica asume en el documento importantes compromisos. Hay, en efecto, en la Carta, incluida una interesante iniciativa legislativa que busca reforzar el marco institucional y jurídico que gobierna la política fiscal. Entre las principales acciones de política se incluye: (1) Una nueva Ley de Responsabilidad y Transparencia Fiscal que busca reforzar los procedimientos de cumplimiento m seguimiento , y transparencia contenidos en la ley anterior; (2) Ley de Endeudamiento Público que establecería límites anuales para el endeudamiento t para los pasivos contingentes contraídos en las concesiones; (3) El Ministerio se compromete a elaborar una base de datos de los activos y proyectos de inversión del sector público y a fortalecer el sistema de gestión y transparencia presupuestaria , y , finalmente , (5) a otorgar una mayor prioridad a la inversión pública reforzando sus labores de seguimiento, evaluación posterior y análisis previo de los distintos proyectos.

El arreglo con el Fondo Monetario Internacional incluye también compromisos cuantitativos en política fiscal. Para este año establece como meta de política fiscal una disminución del déficit del sector público a uno por ciento del PBI. Se espera que los tributarios se mantengan en 13,5 por ciento porcentuales del PBI, eliminar los pagos del Anticipo Adicional del Impuesto a la renta, el impuesto extraordinario de la solidaridad y reducir la tasa de impuesto selectivo a los combustibles. Planea el MEF cancelar estas pérdidas en tributos con un impuesto temporal a los activos netos, la mejora en la administración tributaria y el aumento en la recaudación en el impuesto a la renta.

Finalmente, existe la expresa intención para fomentar una mayor eficiencia en la intermediación financiera mediante el desarrollo del mercado doméstico de capitales. Se contemplan medidas para profundizar el mercado de títulos valores y fomentar una competencia adicional entre las administradoras privadas de fondos de pensiones. Por ejemplo, en el mes de noviembre, entrará en operación un sistema que le permita a estas instituciones ofrecer carteras de inversión con diferentes características en materia de retorno y riesgo. Asimismo, la SBS desarrollará una nueva metodología para asignar precios a los activos financieros no transados y se alentará a las administradoras a limitar sus riesgos de mercado. La competencia entre estas entidades se fomentará ampliando la banda permitida en torno a la tasa de retorno requerida y con la entrada al mercado en el mes de julio de una quinta AFP.



[1] Publicado en el diario Correo, Junio 2005

Economía Peruana: la independencia entre la política y la economía

Aunque a muchos peruanos puede sorprender el comentario no es inusual, en el exterior, una opinión positiva sobre el Perú y su economía. ; Pero, ¿tiene la misma sólida base o fundamento real? En realidad, una revisión rápida de estadísticas e indicadores económicos parecería confirmar esta extraña y extendida creencia. En efecto, al finalizar el I semestre del presente año, presentaba nuestra economía todas las características de las experiencias más exitosas de desarrollo. Con una de las tasas de inflación más bajas de América Latina podía nuestro Banco Central, sin experimentar dificultad alguna, mantener las tasas de interés en monedad nacional, a un nivel inferior al Chile o Estados Unidos, y, con esta política, impedir una mayor apreciación de la moneda nacional. De otro lado, los desarrollos del sector productivo confirmaban la fundamental solidez de la coyuntura. La tasa de crecimiento de la producción era cercana al seis por cientos anual, y la composición del crecimiento extendida en todas las industrias y sectores productivos. Todo esto ocurría, hecho inédito en nuestra historia económica, sin afectar el comportamiento de las cuentas externas no obstante el crecimiento de las importaciones y el gran dinamismo de la demanda externa. En suma, sería difícil, como lo puede confirmar cualquier especialista en historia económica, encontrar una combinación de indicadores macroeconómicos tan armoniosa y coherente como la actual.

Sin embargo, esta agradable situación no parece venir acompañada por una cambio positivo en el ánimo del pueblo peruano. Hace algunos meses, por ejemplo, apareció en el diario “El Comercio”, una encuesta realizada por la empresa Apoyo, en la cual la mayor parte de los entrevistados indicaban su expresa intención de abandonar el país El saldo migratorio neto, es decir, la diferencia, entre el número de peruanos que salen al extranjero y regresan al Perú, y , el extraña trayectoria de la Oferta de Trabajo en Lima Metropolitana, que muestra un crecimiento inferior a la tasa de crecimiento de la población parece confirmar esta decisión. No menciono, ya que es obvio para cualquier observador de nuestra realidad, otros síntomas de esta peculiar pero profunda disociación entre los impulsos que para guiar al espíritu nacional y las fuerzas que parecen determinar las condiciones materiales de la producción. Pero, ¿qué explica esta anómala situación que amenaza con alterar el buen juicio de cualquier analista político y es, sin dudad alguno, un desafío para los especialistas en riesgo y evaluación macroeconómica?

La clave del enigma parecer ser la forma cómo la actual coyuntura internacional afecta al Perú y a las distintas variables que rigen la dinámica de la vida económica nacional. En efecto, el Perú y Chile, parecen ser las economías de América Latina, más beneficiadas, por el espectacular crecimiento de China, la devaluación del dólar, y los desequilibrios financieros, que afectan a la economía de los Estados Unidos. Hace tan sólo tres años, la cotización del cobre era de tan sólo 80 centavos la libra, y en la actualidad, el precio del metal amarillo, promedia 1,60 centavos la libre. El precio del oro y otros metales no ferrosos, conoce también similar evolución. Como consecuencia de esta evolución, el valor de las exportaciones experimentó el año pasado, un crecimiento record cercano en el Perú, a cuarenta por ciento anual. El efecto expansivo de los precios coincidió, en el caso del Perú, con la culminación de importantes proyectos en el sector minero, y, en consecuencia, multiplicando así el impacto. La expansión en valor de las exportaciones mineras tiene, dada la estructura de la propiedad de las empresas mineras, un impacto limitado sobre el mercado interno pero si un gran beneficio para el estado peruano al elevar los ingresos tributarios en general y el impuesto a la renta en particular. De otro lado, los eventos internacionales, también han provocado, un incremento espectacular en el precio de la energía y el petróleo, y éste aunque puede perjudicar al sector privado nacional, tiene también un impacto favorable sobre las finazas públicas ya que el impuesto a los combustibles es una fuente importante de recaudación fiscal. De otro lado, el incremento de las exportaciones, provoca también una expansión equivalente en las importaciones, y, por esta razón, en los derechos arancelarios y el impuesto general a las ventas. La expansión de los tributos produce, sin deteriorar, el estado de las finazas públicas un incremento en el gasto público y es éste incremento en el gasto el vehículo que en última instancia afecta al mercado interno.

Aunque este proceso, en el pasado, operaba con mayor velocidad, en la actualidad, lo hace a una velocidad menor. Ello se debe en los cambios institucionales introducidos por el gobierno de Fujimori y mantenidos por el gobierno del presidente Toledo. Estos, al centralizar, todas las decisiones de gasto tienden a producir, al menos en el corto plazo, un superávit primario, ya que la burocracia pública tiende a reaccionar con demora ante cambios no previstos en las finanzas públicas. Las estadísticas fiscales del primer semestre del año reflejan con claridad esta clara tendencia hacia el comportamiento frugal y que probablemente provocó la desesperación del presidente Toledo y de sus asesores políticos. En efecto, el superávit fiscal del gobierno, en el primer semestre del año, fue medido en millones de soles el siguiente: enero (991 millones), febrero (menos 15 millones), marzo (814 millones), abril (1937 millones), y mayo (403 millones de dólares). El gobierno ahorro hasta mayo ahorro 2,364 millones de dólares, y realizó casi un cuarto del ahorro nacional, en el primer trimestre del año.

No existe demostración más clara de la disociación que existe entre la forma cómo se interpreta en el Perú la situación económica y la forma cómo efectivamente ocurren las cosas que este resultado. A pesar de este resultado, la prensa económica cree que el actual gobierno, lleva a cabo lo que denomina una “farra fiscal”, cuando, en realidad, ejecutó, al menos en el I primer semestre del año, una política fiscal, en extremo restrictiva. Pero, ¿no tienen, acaso, nuestros principales periodistas acceso a estos obvios datos económicos? En realidad, el argumento de los comentaristas más ilustrados en cuestiones económicas y que ciertamente conocen los últimos datos económicos, es más complicado. Para ellos, el incremento en los tributos es transitorio ya que opinan que cuando las condiciones internacionales retornen a la normalidad, se registrarán en el futuro problemas fiscales. Imaginan también al presidente Toledo, en el segundo semestre del año, realizando una agresiva política de expansión del gasto, de modo que la “farra fiscal” parece ser un problema futuro.

En cualquier caso parece existir una demora evidente en el proceso de proceso de transmisión de los efectos expansivos de la actual coyuntura internacional y es esta demora la que parece producir esta independencia tan peculiar entre las dinámicas de la esfera económica y política. Hay otros factores en juego: el estilo del presidente y de su partido de gobierno, la descentralización de la expansión que impide que Lima , la región con mayor presencia polaca, experimente plenamente el efecto de la expansión, etc.



[1] Publicado en el diario Correo, Agosto 2005

Primeras Estadísticas del 2005


El día de ayer el Instituto Nacional de Estadística publicó en Internet varios informes estadística. Aunque el hecho no es una novedad pues este vento se repite con cuidada regularidad todos los meses del año, la información de este mes puede, por varias razones, despertar algún interés. ¿Confirma la nueva información la enorme energía que manifestó el aparato productivo en los dos últimos meses del año pasado? ¿Tienen las fuerzas que parecen regir la expansión fortaleza requerida para provocar un claro y vigoroso proceso de crecimiento económico en todo este año, o, en los próximos meses las veremos apagarse? Preguntas difíciles que desafortunadamente no puedo contestar todavía con un grado razonable de certidumbre ya que la nueva información vuelve a contener un balance sorprendente de determinaciones positivas y negativas. Explico con mayor precisión a continuación.

Podemos, quizás, empezar notando que la tasa de crecimiento del PBI manifiesta cuando la comparamos con la de octubre o diciembre una visible disminución. El INE, en efecto, informó que la producción nacional en enero del 2005 alcanzó, respecto a similar mes en el 2004, un crecimiento de 5, 26 por ciento. Si bien esta tasa es mayor a la conseguida, en promedio, el año pasado, el resultado sugiere que el proceso de expansión pierde intensidad. ¿Qué explica esta desaceleración? En principio, el problema parece estar en el mediocre crecimiento del sector primario de la economía. La Agricultura, por ejemplo, creció solo 1,53 por ciento; la Minería Metálica disminuyó en 2,23 por ciento; la Pesca en 0,42 por ciento; la manufactura que procesa materias primas en menos 6, 64 por ciento. En marcado contraste, con esta casi alarmante situación, la producción de Petróleo Crudo y Gas Natural se incrementó en 30,06 por ciento y, en consecuencia, explica, casi la totalidad del Crecimiento en este importante subsector de nuestra economía. Aunque el desempeño de la Pesca y la Agricultura es desafortunada la causa que motiva el mismo, es decir, el clima, tiene sólo un carácter transitorio y, por esta razón, en principio no debe causar mayor preocupación. Sin embargo, el comportamiento de la Minería Metálica, el gran motor de la economía peruana, es sin duda paradójico y difícil de explicar con variables económicas. ¿Cómo es posible que en una coyuntura internacional donde predominan los mercados de vendedores y las altas cotizaciones internacionales se registre una disminución en la cantidad producida de varios metales importantes? La producción de oro, por ejemplo, disminuyo en 12, 22 por ciento; la de zinc en 7, 15 por ciento y la de hierro en 6,14 por ciento. Me temo que la explicación última de este fenómeno es el desorden y la continuada agitación social, que parecen marcar, la vida política de estos últimos meses. ¿Comienzan ya a tener un efecto negativo sobre la economía estas espinosas cuestiones políticas? La Producción de Yanacona cayó en enero en 5, 32 por ciento, y la Barrick Misquichilca experimento un retroceso de 47,68 por ciento.

Como consecuencia de estos desarrollos, parece consolidarse un cambio importante en la estructura que motiva el crecimiento.Al estancarse la producción primaria, se vuelve indispensable, para mantener la expansión, el impulso que tiene su origen en la exportación de manufacturas, los precios internacionales, y la política económica. En efecto, la información del INEI, demuestra con claridad, cómo el Comerció y la Manufactura No primaria, explican, casi la totalidad del crecimiento de enero. Creció, en enero, el primer sector a una tasa de 7,00 por ciento y el segundo sector a 5,66 por ciento. El impresionante crecimiento del comercio parece motivado, en primer lugar, por la expansión de los las importaciones y el incremento en el gasto del gobierno y el público en general. Este patrón es, en realidad, un reflejo inercial de las excepcionales condiciones que prevalecieron, a principio del año pasado, en los mercados internacionales, es decir, una consecuencia de la mejora en los términos de intercambio y de las condiciones financieras que prevalecen en el mundo. El resultado, de la manufactura, expresa la acción de estas mismas fuerzas y efecto de la política comercial. La dinámica de la Construcción, sin embargo, parece obedecer a otras causas. En primer lugar, sólo crece en enero 4,74 por ciento y la causa de este crecimiento no parece vincularse a decisiones del sector privado sino a la expansión en la inversión pública. Mientras el consumo interno de cemento se elevó en 3,99 por ciento, el índice de avance físico de obras, un indicador que mide el progreso cuantitativo de los programas de construcción del sector público, lo hizo en 45.07 por ciento. Como consecuencia, la dinámica de éste se vincula íntimamente a la marcha del gasto público.

¿Qué factores pueden interrumpir este proceso y determinar, en el corto y mediano plazo, un estancamiento en estas industrias? ¿Es posible identificar variables que puedan alterar esta situación y determinar una caída abrupta en los índices de producción de estos sectores? Los mayores peligros provienen de la economía internacional. En primer lugar, la producción de manufacturas puede sufrir las consecuencias, tanto en el mercado interno como externo, de la expansión comercial de China. Cuando este país ingrese al mercado americano, las exportaciones de textiles peruanas podrían experimentar una contracción. En segundo lugar, también la producción de textiles orientada al mercado interno podría disminuir cuando termine el efecto de las Salvaguardias que el Perú impuso, de manera provisional, a este país el año pasado. En segundo lugar, las tasas internacionales de interés se elevarán este año y probablemente también el próximo. En tercer lugar, la economía americana puede, en los siguientes dos años, experimentar una marcada desaceleración, y .ésta provocar una nueva caída en las cotizaciones internacionales. En cuarto lugar, se avecina la campaña electoral y ésta normalmente produce cierta intranquilidad en el mercado financiero y un efecto negativo sobre las decisiones privadas de inversión.

¿Podrá, dado este panorama no necesariamente desalentador ya que he omitido mencionar las fuerzas que pueden preservar este crecimiento, seguir creciendo el Perú? Todavía, sin recurrir a la intuición o nuestra innata capacidad para vislumbrar el futuro, no podemos dar una respuesta con un grado razonable de certidumbre

¿Qué puede pasar en 20 años?

¿Qué puede pasar en 20 años?

Cuando finalmente llegan los días maduros, ¡qué difícil impedir el arrebato incontenible de todas aquellas cosas que en el pasado nos gustaron! ; Pero, más rabiosa aún resulta la atracción de las costumbres aprendidas, pues éstas determinan esa, la primera reacción, ante las posibilidades entrañadas en estos, los tiempos que vivimos. ¿Será, acaso, esta la razón que no nos impulsa a negar la existencia de encrucijadas en la historia, necia obstinación, nuestra natural animadversión ante los momentos críticos? ¡Quién sabe la respuesta! Sin embargo, no por ello pierde relevancia la pregunta ya que toda proyección económica de prolongado plazo parece requerir cierto esfuerzo por imaginar una vida diferente para así reconocer que las cosas ya no son como solían ser.

Aunque a muchos lectores pueda sorprender e incluso molestar la inapropiada redacción del primer párrafo, tan alejada en apariencia, de las formas normales de expresión de los comentarios y análisis económicos; sin embargo, me permite empezar este difícil ensayo , con una observación que encuentro indispensable , es decir, resaltando esa peculiar forma de concebir el mundo que parece caracterizar a todos los peruanos que experimentaron , la catástrofe de los 1980s, cuando el Perú pareció transformarse , en el país de las últimas cosas, ese mítico lugar donde son colocados todos los objetos la Tierra antes de ser olvidados para siempre. Y, lo hago , por que , esta experiencia parece todavía afectar la forma cómo calculamos nuestro potencial económico y cómo concebimos las posibilidades que ofrece el futuro en un lapso que es igual en extensión al que separa el momento actual de las excepcionales condiciones que nos tocó vivir en los años de 1980s. Si bien esta actitud puede, en una primera impresión, ser propia de hombres maduros y prudentes, no por ello, se justifica la extendida creencia que es bastante probable que estas condiciones se repitan en el futuro próximo. No nos hemos dado plenamente cuenta cuán extraños fueron, en realidad, estos eventos y lo que con facilidad mostraría cualquier cálculo racional de su probabilidad.

¿Podemos calcular estas probabilidades y así mostrar cuán extraños son desarrollos económicos como los ocurridos en el Perú en los 1980s? En principio sí. Por ejemplo, una breve revisión de la marcha de los indicadores de producción (el producto interno, la demanda interna o el índice de la actividad industrial) muestra con facilidad que un caída del producto similar a la registrada durante el gobierno de Alan García es un suceso bastante excepcional. Sólo se repite en 1983 y en los años de la gran depresión. De otro lado, los datos disponibles para otras economías parecen confirmar esta conclusión: sólo se registran descensos similares en la producción global en la gran depresión o después de grandes guerras. Por esta razón, no parece sensato postular que un suceso similar puede ocurrir en los próximos 20 años. Son también las hiperinflaciones curiosidades económicas. En el Perú, sólo se registran en dos ocasiones: al final del siglo XIX, después de la guerra con Chile, y, en los 1980s, con Alan García. Puede confirmarse esta también por la experiencia de otros países. Por esta razón, cualquier proyección sensata debe excluir a un evento similar.

Si ignoramos los ajustes drásticos en el nivel de producción o curiosidades como la hiperinflación, es posible generar una proyección de largo plazo para los principales indicadores económicos del Perú y una idea aproximada de la probable dimensión económica de nuestra economía en el año 2025. En efecto, es posible construir esta línea de referencia analizando la experiencia económica del siglo XX. ¿Qué conclusiones permite un ejercicio de esta naturaleza? ¿Cuáles pueden ser las dimensiones probables de nuestra economía en el año 2025? Los resultados son, en realidad, bastante interesantes.

En primer lugar, nos dice que el tamaño de la economía peruana en el año 2025 podría ascender a 350,000 millones de dólares americanos, es decir, se multiplicaría cinco veces. Como en ese mismo año, la población se estima en 35 millones de habitantes, el ingreso por habitante, pude estimarse en 10,000 dólares. En consecuencia, esta variable, se multiplicaría tres veces. Aunque estas cifras pueden para muchos resultar impresionantes son en realidad pesimistas ya que el resultado podría ser aún mejor. En efecto, las hemos obtenido, postulando una tasa de crecimiento promedio para el PBI de 4,5 por ciento anual y una inflación internacional de 3,0 por ciento anual. La tasa de 4,5 por ciento para el índice de producción global postula un crecimiento similar al de los períodos de expansión del siglo XX y el estimado para la inflación es la mima cifra que postula el gobierno americano para proyectar su cuentas fiscales. En suma, el tamaño de la economía peruana, en el 2025, podría ser similar al de la economía argentina antes de la devaluación del peso o a las dimensiones de una pequeña economía europea. De otro lado, el Perú del 2025 podría exportar –y, este un estimado conservador, aprox. 80,000 millones de dólares e importar, 70 millones de dólares. Los ingresos públicos y el gasto público 60,000 millones de dólares. Finalmente, la inversión anual podría ascender a 75,000 millones de dólares.

Los desarrollos en el sector externo pueden tener un enrome impacto sobre la trayectoria de la deuda externa y otras variables internacionales. El coeficiente de inversión requerido para sostener una tasa de crecimiento de 4,5 por ciento y un modelo de desarrollo basado en el sector externo, elimina los problemas en el sector externo y aunque parezca increíble permite cancelar la totalidad de la deuda externo. En efecto, con estos postulados, la balanza comercial debería un superávit a lo largo de todo el lapso cubierto por la proyección. Con este resultado, la cuenta corriente, que mide el endeudamiento neto del país, podría también presentar, a partir del ano 2015, una posición de superavit aria. Con ello, el monto de la deuda externa en valores absolutos disminuye y podría desaparecer hacia el 2025. Si bien esta conclusión puede a muchos sorprender, se sostiene incluso con supuestos bastante pesimistas sobre el comportamiento de los términos de intercambio pero no cuando se incrementa la tasa de crecimiento a 7 por ciento anual. Una tasa de crecimiento de esta magnitud podría provocar fuertes desequilibrios en el sector externo pues los coeficientes de inversión necesarios para sostenerla en el largo plazo resultan muy elevados. La tasa promedio de crecimiento que permite garantizar la salud externo puede estimarse entre cinco y seis por cientos anual. Un valor mayor sólo podría sostenerse con recursos externos que al no estar garantizados decidimos excluir del ejercicio.

La evolución anticipada en el sector real tiene supone una similar en el sector financiero que también es interesante mencionar. Las fuerzas cruciales que rigen la dinámica es el crecimiento del fondo acumulado por las AFPS, la trayectoria de la inflación, y el crecimiento sostenido en la producción. Una proyección pesimista nos permite que el tamaño del medido—medido por el tamaño de la liquidez en dólares y soles—pudiera ser de aproximadamente 120,000 millones de dólares. El tamaño de un banco nacional líder podría, por esta razón, estimarse en 40,000 millones de dólares si no se alteran dramáticamente los índices de concentración del mercado financiero. El Fondo acumulado de las AFPS podría ascender se estima entre 60,000 millones de dólares y 70,000 millones de dólares, es decir, casi de un tamaño igual al doble de la deuda externa actual.

¿Cuales son los programas de inversión que sostienen esta trayectoria de crecimiento y que podrían determinar la estructura de la economía? En principios, éstos podrían concentrase en los siguientes sectores económicos. En primer lugar, en el sector comercial ya que el crecimiento debe generar una modernización del sistema de distribución de la economía. En segundo lugar, en la creación de la infraestructura necesaria para poder consumir y exportar el gas de Camisea. En tercer lugar, en la construcción de nuevas carreteras, puertos y aeropuertos. En cuarto lugar, en la Minería metálica ya que es necesario explotar los grandes yacimientos de cobre ubicados en la zona norte del país. En quinto lugar, en la manufactura y la agricultura orientada hacia la exportación.

Para terminar es indispensable notar el papel crucial de dos fenómenos: el cambio climático y la evolución de la población. En efecto, a lo largo de todo el lapso cubierto por la proyección, las tasas de crecimiento demográficas presentan un descenso consistente. Caen estas de un valor estimado de 1,8 por ciento a uno menor al 1 por ciento anual. El número de peruanos que nacerán en el 2025, si estas tendencias se confirman, podría ser menor al número de los peruanos que nacen el 2005. El descenso en el número de nacimientos afectará a todas las industrias sensibles a los desarrollos demográficos: establecimiento educativos, construcción residencial, salud, y a la industria de entretenimiento y diversión. Las tendencias demográficas comenzará a manifestarse en el mercado laboral a partir en el mercado laboral en el quinquenios comprendido entre el 2010-2015. El otro fenómeno importante es el cambio climático que puede modificar el clima de importantes zonas del país. Un estudio reciente realizado por el SENAHMI y el CONAM, sugiere, que el Niño podría visitarnos con mayor frecuencia. El otro punto importante es la posibilidad que se derritan los glaciares de la cordillera ya que el proceso puede afectar la disponibilidad de agua potable en la costa. ¿Desaparecerán los bellos nevados de la Costa y la Cordillera Blanca?

Promisoria Coyuntura Económica

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La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó nueva y relevante información económica. Aunque ésta ha pasado inadvertida en los Medios de Prensa que continúan distraídos por los desconcertantes desarrollos que parecen dominar la política nacional, no por ello disminuye su relevancia potencial ni podemos ignorar la primicia contenida en estos datos. ¿Vivimos, acaso, los peruanos en estos tiempos confusos una extraña y desconcertante paradoja? Por una parte, las condiciones que gobiernan nuestra vida material parecen conocer una persistente pero mejoría. En efecto, según el INE, el índice de producción nacional parece haber experimentado en el pasado mes de noviembre crecimiento estimado en 8,4 por ciento anual. En el mimo mes, un indicador de demanda interna registra un aumento de 8,2 por ciento anual, y, un incremento en la inversión privada de 13,7 por ciento anual. Para el mes de diciembre se prevé un panorama similar con un crecimiento del PBI de 7,6 por ciento y un aumento en la demanda interna de 7,3 por ciento. Con estos resultados, la tasa anual estimada de crecimiento para el año 2004 sería de casi cinco por ciento anual y el crecimiento de la demanda interna de 3,8 por ciento anual. No La economía peruana acumula así con este resultado 41 meses de crecimiento continuo y demuestra, como es factible verificar, una entereza poco destacada en América latina. Y, hay más, para los descreídos que miran con sospecha comprensible estos indicadores globales pues en el pasado se movieron en similar dirección pero para retomar a los pocos meses al mismo torcido camino que parece regir nuestras condiciones de vida en estos tiempos , tan impenetrables y cerrados, que nos ha tocado vivir. ¿De que se trata? ¿Por qué abandonar nuestra desilusión, dejar nuestro temor, liberarnos de nuestro desasosiego? Pues bien y no espero convencer sino presentar un argumento que algunos días—confieso—no encuentro incontestable, firme, terminante, irrevocable o categórico.

Podemos quizás empezar mencionado que el crecimiento de noviembre tuvo un carácter general pues todos los sectores e industrias que componen nuestro aparato productivo registraron tasas positivas de expansión. Se concentra el dinamismo en la manufactura y no sólo en las ramas que procesan recursos primarios sino en las ramas ligadas a la evolución de la demanda interna y por esta razón a los determinantes fundamentales de la ocupación, empleo, e ingresos reales de la mayor parte de la población. En efecto, este sector se expandió en el mes de noviembre a una tasa de 11, 2 por ciento. Fenómeno similar se registra en los restantes sectores como el Comercio – con un crecimiento de 12, 2 por ciento--, la Construcción – con una tasa de 8,4 por ciento-- y los Servicios con un crecimiento de 10 por ciento. Es este panorama, como lo conoce cualquier persona que tiene algún conocimiento de la estructura económica del Perú, el que debe conformarse para generar las condiciones propias de un “boa económico”. La expansión, aislada y concentrada en la Minería , parece quedar atrás ya que el crecimiento que registra este sector es de “sólo” 5, 2 por ciento , un compuesto heterogéneo, que oculta el mellado dinamismo de la minería metálica ( 3, 2 por ciento de crecimiento en noviembre) y espectacular crecimiento, debido a Camisea, del sector de hidrocarburos ( 30, 4 por ciento de crecimiento).

Para confirmar esta coyuntura, podemos también examinar la marcha de empleo. Según las encuestas del Ministerio de Trabajo, el empleo en las empresas de 10 y más personas, aumentó en 3,4 por ciento en el Perú urbano. Hay que destacar que el empleo en Lima Metropolitana creció en 3, 0 por ciento mientras que el empleo en las otras ciudades del Perú en casi 4,4 por ciento. Podemos verificar, por esta razón, que la expansión parece estar acompañada por una expansión efectiva de empleo del sector formal de la economía, es decir, también satisface la segunda condición propia de las marchas ascendentes de los ciclos económicos. Conviene, sin embargo, detenerse en las condiciones que parecen gobernar la misma, ya que ellas nos indican varios aspectos del proceso. Es importante, en primer lugar, destacar que el empleo en provincias, crece a una tasa mayor que el de Lima ya que este hecho nos demuestra con claridad que la política macroeconómica -- fiscal o monetaria—poco tienen que ver con esta coyuntura de crecimiento más o menos general pues en este caso los datos mostrarían una dinámica opuesta, es decir, una expansión mayor en Lima y una menor en provincias. El examen cuidadoso de la evidencia indica, sin embargo, con claridad que ésta ocurriendo. En efecto, el crecimiento del empleo se concentra en las ciudades de la costa como Ica (un crecimiento de 14,0 por ciento), Iquitos (11,5 por ciento), Piura (10, 9 por ciento). Pisco (6,4 por ciento), Paita (5,1 por ciento), etc. En abierto contraste, en el sur del país el empleo permanece estacionario o mostrar cierta retracción. Por ejemplo, en Arequipa, crece esta variable 2,9 por ciento, en el Cusco no muestra crecimiento, en Puno un disminución de 2,8 por ciento y en Tacna de 3,6 por ciento. Como estas son las zonas del país que han aprovechado las ventajas arancelarias del tratado de preferencias andinas podemos, en mi opinión, señalar como causa fundamental de la expansión el notorio crecimiento de las exportaciones no tradicionales, especialmente, el de las exportaciones no tradicionales y así aislar el factor que parece desempeñar el papel fundamental en todo este proceso. En efecto, los datos parecen sugerir un fenómeno no registrado en el Perú desde hace cincuenta años., es decir, que la causa fundamental de esta nueva situación es la dinámica del sector externo, es decir, el crecimiento en el volumen y valor de nuestras exportaciones. Si se sostuviera esta conclusión, las perspectivas para los próximos años, pueden ser bastantes promisoria pues el Perú, después de varios intentos, podría , finalmente, recuperar el camino que llevó , en el pasado, a un proceso de desarrollo continuo y a una expansión continua, sostenida y sin tropiezos, de la producción, el empleo , y los ingresos de la población. Continuamos, con el tema, la próxima semana dado su importancia y obvia relevancia.

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Cuando me sentaba a escribir el artículo de esta semana vino a mi mente un recuerdo que si me decido a comentar es porque lo encuentro vinculado íntimamente con varios aspectos de la coyuntura económica actual. A la mitad de la década pasada, justo en el momento más “glorioso” del régimen de Fujimori, varios profesores de la universidad del Pacífico, organizamos una charla para exponer la forma cómo podía desarrollarse la economía peruana en los siguientes cinco años. Alternativa comercial interesante pues en nuestro país por varias razones los servicios de proyección se concentran indebidamente en un plazo de tiempo más reducido. ¿Acaso, debemos buscar la razón para esta peculiar predisposición del mercado considerando el peculiar contexto económico de los años 80s que incrementó la demanda de éstos? No discuto, sin embargo, más el tema para no irme por las ramas, y sólo menciono dada su relevancia que nuestra proyección incluyó una posibilidad que dejo desconcertado a los asistentes. Era la posibilidad que ocurriera una nueva crisis económica que en 1994 indicamos podía ocurrir en 1997 o 1998. Los argumentos que apoyaban esta conclusión eran, en realidad, como siempre ocurre cuando alguien decide practicar el arte del vaticinio, eran una mezcla amorfa y algo inconsistente, de elementos intuitivos y cálculos de probabilidad con cierta justificación estadística. A pesar de nuestros esfuerzos, los asistentes a nuestra charla salieron algo “perturbados” y la razón básica era que su espíritu no podía concebir, dado la forma como este tiempo se presentaba el panorama, la posibilidad de una nueva crisis económica. Años más tarde, en 1997, ésta ocurrió efectivamente y aunque adivinamos la fecha ocurrió por razones que poco tenían que ver con las que usamos en nuestra inusual exposición de modo que no debe creer el lector que los profesores de la Universidad del Pacífico poseen un talento especial en el ejercicio de estos entretenidos ejercicios. No tiene, por esta razón, la anécdota un carácter comercial sino más bien el propósito de explicar el concepto de “cambio de régimen”, es decir, la posibilidad de un cambio drástico y abrupto de las condiciones económicas. Relevante ya que las opiniones económicas se basan en gran medida en una extrapolación de las tendencias económicas o políticas pero rara vez consideran la posibilidad del cambio de un cambio repentino pero drástico. Probablemente esta dudosa práctica explique por qué se toman tantas decisiones de política pública o se emprendan tantas aventuras empresariales que miradas desde el futuro resultan usando una gentil palabra bastante “tontas”. En realidad, en la mayor parte de los casos, no tenían este carácter sino que estaban plenamente justificadas por las condiciones que imperaban en el momento en que se ejecutaron. Lo que en realidad debe demuestran estos ejemplos es cuán razonable son tres actitudes: atender y considerar todos los puntos de vistas y evitar las opiniones mayoritarias: el hombre actos de mayúscula estupidez cuando así lo hace. Cito ejemplo, comprar en la Florida terrenos llenos de cocodrilos, pagar descomunales precios por cosas que no sólo tienen valor por la gente así lo piensa como acciones de empresas virtudes que nunca ha rendido utilidad o codiciadas raíces vegetales , etc.). Aunque el tema es fascinante debo dejarlo para abordar el tema de la semana no sin mencionar la tercera actitud: saber reconocer cuando es que efectivamente ocurren estos radicales cambios que comento.

Como indicamos la semana pasada, existen varias razones, que nos llevan a pensar que nuestra economía puede experimentar, con seguridad razonable en los próximos meses, una notable expansión. El INE publicó esta semana nueva información que reafirman este punto. Aparecieron, en efectos, varios datos de diciembre y que corresponden a la dinámica de los sectores extractivos: Agricultura, Pesca, y Minería. Todos estos sectores, especialmente, la Pesca y la Minería, siguen creciendo a tasas sustanciales. La pesca, y con ella las industrias de harinas de pescado y conservas, a tasas mayores al 30 por ciento; la Minería, por otro lado, a 8 por ciento. Pero, no son estos los desarrollos más interesantes sino el comportamiento de los sectores que el año pasado sufrieron los estragos de la escasez de agua: Agricultura y Energía. En efecto, todo parece indicar que los efectos de la sequía están finalmente desapareciendo y este punto era, por varias razones, crucial para la economía. La normalización de las condiciones hídricas permitirá, en primer lugar, emplear agua y no petróleo en la producción de energía y con ello amortiguar sustancialmente la presión sobre los costos y precios. En segundo lugar, el aumento en la oferta agrícola, posee un impacto directo e importante en el PBI que las estadísticas tienden a ocultar pues registran de forma clara el impacto directo pero no el indirecto en la Agroindustria, el Comercio y el sector servicios en general. Además y este punto es probablemente el más fundamental, la dinámica de este sector, afecte de forma decisiva la trayectoria de la tasa de inflación Esta variable , como es ampliamente conocido, tuvo el año pasado una preocupante tendencia. En efecto, el indicador superó el límite superior establecido por el Banco Central que tuvo que ejecutar políticas restrictivas para contener esta situación. Así, permitió una apreciación del sol que ha afectado al sector que compite con las importaciones y al sector de exportación. Si consideramos que los alimentos que la participación de los alimentos en la canasta familiar excede al cincuenta por ciento, podemos entender cuán interesante resulta este desarrollo una pronta recuperación de la agricultura porque esta en la práctica puede garantizar que prosiga la marcha descendente de la tasa de inflación. Con la inflación bajo control son factibles diseños de política monetaria más interesantes y apropiados para las circunstancias del momento.

Es, sin embargo, en la dinámica de las cuentas externas y del sector industrial donde e se registran los desarrollos más interesantes. La manufactura, un sector realmente fundamental para la dinámica de nuestra economía, conoce un indudable dinamismo. Pero, éste hecho no es el aspecto más notable sino las razones que explican el crecimiento del sector. Según el banco Central, el sector como un todo, creció en 6,8 por ciento, en el período enero-noviembre del 2004, tasa superior a la media histórica pero, en realidad, poco interesante. Lo importantes, sin embargo, son dos aspectos: la aceleración de la dinámica de crecimiento y la composición de los crecimientos. Mientras en el pasado, la dinámica productiva de estas industrias se vinculo a los vaivenes de la demanda interna, en esta coyuntura tiene un importante componente externo. El Banco Central, en fecho, nos indica, que 3,3 puntos porcentuales se explican por el crecimiento del sector externo y 3.5 porcentuales por el crecimiento del mercado interno y este hecho es una novedad. La industria textil dos puntos porcentuales al crecimiento del sector y junto con la industria del papel contribuyó a explicar casi el cincuenta por ciento del sector. Estos ejemplos nos demuestran claridad el papel fundamental del dinamismo exportador en la generación del dinamismo.

Me gustaría terminar indicando el comportamiento de varios indicadores vinculados a la demanda interna y que sugieren que ha comenzado e trasmitirse el impulso expansivo inicialmente concentrado en el sector exportador. Las importaciones de bienes de consumo registraron una tasa de de expansión de 36, 3 por ciento; las ventas de autos y camionetas nuevas 53, 2 por ciento; la inversión privada 13,7 por ciento y las importaciones de bienes de capital 30, 5 por ciento. La demanda interna como un todo aumentó en 8,12 por ciento.

Es evidente, por esta razón, el dinamismo y no creo que sea necesario citar mas cifras estadísticas para comprobarlo. ¿Cuán sostenible en la situación? ¿Un curiosidad transitoria , similar a burbuja de jabón lanzada al aire por un niño que le divierte contemplar no sólo como los colores penetran su blanca superficie para generar esos espectáculos que por un breve y fugaz momento nos hacen sentir tan cerca de los dioses’? ¿Cómo los castillos en un playa destinados a perdurar tan sólo por un día? ¿Acaso, tan breve como una mariposa de esplendidos colores, criatura esplendida, que muere, sin embargo a los pocos días de nacer?

Intentaré contestar estas preguntas a la brevedad posible cuando me toque presentar argumentos que nos permitan juzgar cuan sostenible es esta coyuntura

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El instituto nacional de estadística (INE) publicará la próxima semana importantes estadísticas que nos permitirán comprender a plenitud el peculiar y excepcional momento por el que atraviesa nuestra economía. Aunque, en estas últimas semanas, estos resultados han sido en gran parte adelantados por las autoridades económicas, las nuevas cifras permitirán estudiar con detalle los distintos canales del nuevo proceso de expansión, realizar un balance e identificar cuáles pueden ser los puntos más frágiles del camino, en muchos sentidos prometedor de los distintos indicadores económicos. ¿Continuará el proceso con la misma energía y fortaleza o gradualmente irá perdiendo fuerza para terminar, como ocurrió en otras ocasiones, finalmente consumido?

La respuesta a esta pregunta depende, en primer lugar, del cauce que tomará la economía mundial y de la forma precisa cómo se resuelvan los desequilibrios que parecen caracterizar las relaciones entre los principales actores económicos. ¿Por qué, preguntarán con razón muchos, estos fenómenos pueden ser relevantes para el Perú? Hay muchas razones y conviene a fin de juzgar con la debida prudencia los valores de las distintas variables económicas en los próximos seis meses muestran, tanto en el sector financiero como en el comercial, la decisiva influencia de las variables internacionales. En primer lugar, un componente importante del crecimiento de la exportación ha sido el incremento en las cotizaciones internacionales de las materias primas ecotadas por el Perú y es poco probable que éstas, en el futuro inmediato, continúen subiendo de precio. En segundo lugar, el aumento en las exportaciones no tradicionales aumenta la sensibilidad de la economía peruana a los desarrollos del mercado mundial en general y el de los Estados Unidos en particular. Quizás, conviene expresar este punto en otras palabras ya que puede tener bastante relevancia en los próximos meses. Cuando la manufactura peruana servía exclusivamente las necesidades del mercado interno, sus niveles de producción no se encontraban directamente influenciados por la dinámica de la economía mundial aunque no eran independientes de la misma sino que los efectos demoraran algún tiempo en transmitirse. Esta situación, sin embargo, cambiará en el futuro dada la importancia creciente de la demanda externa en las ventas globales de este sector. Aquí, dos factores tienen especial importancia: (1) la competitividad del sector; (2) el crecimiento de la demanda en Estados Unidos. El Perú puede enfrentar, en los próximos meses, importantes desafíos en estas áreas. Venció el año pasado el Acuerdo Multifibras que limitaba el acceso de los productos chinos a Estados Unidos y , por esta razón, se inicia este año un importante proceso de reestructuración del comercio de textiles en el mundo. Este puede afectar de forma negativa a las exportaciones de la industria textil y , por esta razón, la producción de esta importante rama de la manufactura nacional. Otras exportaciones pueden encontrar similares dificultades en el futuro inmediato. De otro lado, la probabilidad de una recesión en los Estados Unidos o de un ajuste de la política económica en los Estados Unidos puede ser bastante alta en el 2006 o 2007. El presidente Bush anunció, en las primeras semanas de enero, un nuevo plan económico que contempla modificar el sistema de seguridad social de los Estados Unidos . En el corto plazo, esta reforma del aparato de previsión social puede ampliar el déficit fiscal de este país y, por esta razón, reforzar la tendencia que ya existe hacia el incremento en los tipos de interés internacional. Por otro lado, la política monetaria del sistema de reserva federal experimentará importantes modificaciones.. Durante todo el próximo año subirán los tipos de interés . Además, Alán Greenspan , el actual presidente del sistema de reserva Federal, dejará el cargo el próximo año y con su salida pueden ocurrir importantes modificaciones en el “estilo” de la política monetaria de los Estados Unidos.

Hay también en nuestros desarrollos internos importantes fuerzas que pueden tener relevancia para la dinámica futura de nuestro aparato productivo. Se inicia la campaña electoral y este evento puede tener cierto impacto sobre las condiciones económicas. El Ministerio de Economía y Finanzas anunció en el Marco Macroeconómico Multianual una meta para el déficit fiscal que implica que implica, en la práctica, una política fiscal menos restrictiva. Las nuevas metas fiscales pueden permitir el incremento en la inversión pública y tener , por esta razón, cierta influencia positiva sobre el sector de construcción. De otro lado, el Banco Central parece tener un mayor margen de maniobra para ejecutar una política monetaria que frene la apreciación del sol , enfrente el incremento en las tasas internacionales de interés y haga ajustes necesarios para enfrentar la probable inestabilidad que experimentará el mercado financiero como consecuencia de la campaña electoral. El tercer factor importante es el fin del proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Tres factores pueden tener importante relevancia : (1) el cronograma de reducción arancelaria ; (2) el tratamiento del sector agrícola ; (3) las restricciones que impone el tratado en las áreas de propiedad intelectual , compras públicas, y otros campos del sector servicios ; y, finalmente, (4) las reacciones políticas internas ante el resultado de estas negociaciones. ¿Cuáles será el balance de costos y beneficios finales del tratado comercial con Estados Unidos ? ¿Cómo administrará el gobierno los conflictos que surgirán como consecuencia de este instrumento comercial? Aún no es posible contesta la pregunta pero es bastante claro que éste posee una importancia fundamental para la economía peruana

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[1] Publicado en el diario Expreso, Enero 2004