Es un curiosa característica de los tiempos que vivimos, las prolongadas y complicadas negociaciones en materia comercial. A pesar de los indudables costos de las mismas, todos los gobiernos del mundo, parecen involucrados en este complicado y muchas veces tedioso proceso. No escapa el Perú de esta tendencia tan generalizada El presidente Toledo y su ministro de Comercio, negocian o tienen la intención de hacerlo tratados comerciales con los principales socios comerciales del Perú: Estados Unidos, la Comunidad Económica europea, China, Chiles y otros países de América del Sur. Pero, ¿cuál es la extraña determinación que explica este misterioso ejercicio? Sin duda alguna, la globalización de las cuestiones económicas y el aumento en las presiones competitivas. Buscan, en efecto, los países, con estos arreglos comerciales, aumentar sus ventajas competitivas y aumentar el acceso de sus productos exportaciones a los distintos países del mundo. Sin embargo, no todos los arreglos comerciales que nuestros imaginativos gobernantes pueden proponer poseen la misma importancia o relevancia ya que no todos los mercados poseen las mismas dimensiones u ofrecen idénticas posibilidades de expansión. Crucial, sin duda alguna, parece el arreglo comercial que actualmente negocia nuestro gobierno con Estados Unidos.
Si el Perú y los Estados Unidos llegaran a ponerse de acuerdo y decidieran expresar esta concordia en un Tratado de Libre Comercio (TLC); sería una parte crucial de este arreglo comercial un cronograma preciso de rebaja de aranceles.El objetivo fundamental del mismo sería eliminar las barreras comerciales que dificultan el comercio bilateral y así aumentar el acceso tanto de los productos peruanos como el de los estadounidenses al mercado interno de los respectivos países. Tiene este descenso de aranceles una importancia vital para nuestra economía y, por esta razón, es indispensable comprender y describir sus distintos efectos. Pero, para discutir cuales pueden ser estos resulta indispensable describir con detalle los principales fases de la misma y la forma cómo esta de producirse sería ejecutada.
Podemos comenzar describiendo los beneficios que otorgaría Estados Unidos al Perú ya que éstos resultan más fáciles de explicar ya que este país, si se firmara y aprobara el Tratado de Libre Comercio, se comprometería a mantener los beneficios del ATPDEA. ¿En qué consistieron estas ventajas? En primer lugar, en una rebaja estimada en 9,87 por ciento de los impuestos que pagaban nuestros productos de exportación cuando ingresaban al mercado americano. Debe, sin embargo, interpretar con cuidado este que cifra y evitar la tentación de considerarla, por su monto reducido, poco importante y hasta irrelevante. Ello porque se trata de una guarismo promedio con una dispersión considerable. No cobraba, Estados Unidos, antes de otorgar a los países andinos los beneficios del ATPDEA, derechos arancelarios importantes a nuestros principales productos de exportación tradicional (metales, petróleo o productos pesqueros) y sí lo hacían eran las tasas bastante reducida ya que estos productos no competían con producción similar en Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno estadounidense imponía aranceles considerables a los restantes productos peruanos de exportación. Los textiles peruanos, por ejemplo, pagan una tarifa superior al 30 por ciento y nuestros productos agroindustriales de exportación estaban sujetos a un gravamen de similar cuantía. En segundo lugar, Estados Unidos se compromete a relajar las barreras no arancelarias (cuotas o restricciones fito-sanitarias) que dificultaban la entrada de nuestro producto a su mercado.
Aunque estos beneficios parecen permanentes y, sin duda, uno de los factores esenciales que explican el actual “boom exportador”, es también importante entender que su efecto tenderá, por varias razones, tendera a disminuir en el tiempo. Ello es así ya que toda ventaja arancelaria es una ventaja relativa y se mantiene sólo si Estados Unidos no otorga a otros países una ventaja similar. Es, sin embargo, intención, del gobierno estadounidense, firmar un gran número de acuerdos comerciales. Este proceso producirá, sin duda alguna, una reducción de estímulo inicial, especialmente, si el Perú no ejecuta políticas que incrementen que produzcan un incremento en la competitividad de nuestros productos de exportación.
¿Cuáles son los compromisos en materia arancelaria del Perú si llegara a concretar el Tratado de libre comercio? El Perú parece haber ofrecido a los Estados Unidos un programa gradual de desgravación que consistiría de 4 listas: la lista A compuesta por todas las partidas de desgravación inmediata (3,221 partidas que representan el 46,12 por ciento del comercio) ;la lista B integrada por las partidas que se desgravarían en un plazo de cinco años ( 1807 partidas que totalizan el 25.87 por ciento del comercio); la lista C que contempla un plazo de 10 años ( 1710 partidas con el 24, 48 por ciento del total), y , la lista D de un plazo mayor a 10 años. (246 partidas, 3.52 por ciento del comercio)
El programa de desgravación ofrecido por el Perú provoca una caída lenta y pausada de los derechos arancelarios ya que busca minimizar los costos de la apertura comercial y proporcionar un tiempo prudencial a los sectores directamente afectados por el mismo. Si el Tratado de libre comercio se firmara a fines de este año y, en consecuencia, el programa comenzara a ejecutarse a partir del 2006, éste generaría la siguiente trayectoria temporal para los aranceles promedio: 2005, 7.98 por ciento; 2006, 5.72 por ciento; 2011, 4.47 por ciento; 2016, 1.41 por ciento y 2021, 0.01 por ciento. .
Para entender a cabalidad el significado de estas cifras y estudiar el efecto de éstas sobre nuestra economía, es indispensable entender la lógica que parece haber guiado el diseño de la oferta peruana. Sólo podemos hacerlo si notamos que Estados Unidos es, en gran medida, una economía complementaria con la peruana: exporta productos de alta tecnología -- bienes de capital e insumos intermedios—que al no producirse en el Perú, su desgravación, no produce consecuencias de importancia en la industria manufactura. Incluso, podría ser beneficiosa ya que al reducir los costos de producción, aumenta la competitividad de nuestras manufacturas. A pesar de ello, hay una lista de productos sensibles (lista C y lista D) cuya desgravación puede originar problemas en el Perú. En el cronograma, los bienes que no compiten con producción peruana son desgravados inmediatamente y aquellos que sí lo hacen en un plazo de 10 años. Esta estrategia minimiza los problemas de ajuste y los efectos adversos de una desgravación drástica e inmediata.
¿Cuáles son los efectos de estas ofertas sobre las distintas variables económicas? ¿Cómo se ve afectada el empleo y la producción en el Perú? En principio, el efecto es ambiguo ya que depende de la energía de la repuesta de los exportadores y de la capacidad de nuestras empresas para competir con los productos americanos. También para estimar los efectos es indispensable considerar la asimetría temporal de las propuestas ya que Estados al mantener los beneficios del ATPDEA, ocurre de manera inmediata mientras que la peruana procede sólo de forma gradual.
Dejamos, sin embargo, la respuesta para la segunda parte de este artículo ya que como costumbre hemos excedido el espacio asignado para este artículo.