Promisoria Coyuntura Económica

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La semana pasada el Instituto Nacional de Estadística (INE) publicó nueva y relevante información económica. Aunque ésta ha pasado inadvertida en los Medios de Prensa que continúan distraídos por los desconcertantes desarrollos que parecen dominar la política nacional, no por ello disminuye su relevancia potencial ni podemos ignorar la primicia contenida en estos datos. ¿Vivimos, acaso, los peruanos en estos tiempos confusos una extraña y desconcertante paradoja? Por una parte, las condiciones que gobiernan nuestra vida material parecen conocer una persistente pero mejoría. En efecto, según el INE, el índice de producción nacional parece haber experimentado en el pasado mes de noviembre crecimiento estimado en 8,4 por ciento anual. En el mimo mes, un indicador de demanda interna registra un aumento de 8,2 por ciento anual, y, un incremento en la inversión privada de 13,7 por ciento anual. Para el mes de diciembre se prevé un panorama similar con un crecimiento del PBI de 7,6 por ciento y un aumento en la demanda interna de 7,3 por ciento. Con estos resultados, la tasa anual estimada de crecimiento para el año 2004 sería de casi cinco por ciento anual y el crecimiento de la demanda interna de 3,8 por ciento anual. No La economía peruana acumula así con este resultado 41 meses de crecimiento continuo y demuestra, como es factible verificar, una entereza poco destacada en América latina. Y, hay más, para los descreídos que miran con sospecha comprensible estos indicadores globales pues en el pasado se movieron en similar dirección pero para retomar a los pocos meses al mismo torcido camino que parece regir nuestras condiciones de vida en estos tiempos , tan impenetrables y cerrados, que nos ha tocado vivir. ¿De que se trata? ¿Por qué abandonar nuestra desilusión, dejar nuestro temor, liberarnos de nuestro desasosiego? Pues bien y no espero convencer sino presentar un argumento que algunos días—confieso—no encuentro incontestable, firme, terminante, irrevocable o categórico.

Podemos quizás empezar mencionado que el crecimiento de noviembre tuvo un carácter general pues todos los sectores e industrias que componen nuestro aparato productivo registraron tasas positivas de expansión. Se concentra el dinamismo en la manufactura y no sólo en las ramas que procesan recursos primarios sino en las ramas ligadas a la evolución de la demanda interna y por esta razón a los determinantes fundamentales de la ocupación, empleo, e ingresos reales de la mayor parte de la población. En efecto, este sector se expandió en el mes de noviembre a una tasa de 11, 2 por ciento. Fenómeno similar se registra en los restantes sectores como el Comercio – con un crecimiento de 12, 2 por ciento--, la Construcción – con una tasa de 8,4 por ciento-- y los Servicios con un crecimiento de 10 por ciento. Es este panorama, como lo conoce cualquier persona que tiene algún conocimiento de la estructura económica del Perú, el que debe conformarse para generar las condiciones propias de un “boa económico”. La expansión, aislada y concentrada en la Minería , parece quedar atrás ya que el crecimiento que registra este sector es de “sólo” 5, 2 por ciento , un compuesto heterogéneo, que oculta el mellado dinamismo de la minería metálica ( 3, 2 por ciento de crecimiento en noviembre) y espectacular crecimiento, debido a Camisea, del sector de hidrocarburos ( 30, 4 por ciento de crecimiento).

Para confirmar esta coyuntura, podemos también examinar la marcha de empleo. Según las encuestas del Ministerio de Trabajo, el empleo en las empresas de 10 y más personas, aumentó en 3,4 por ciento en el Perú urbano. Hay que destacar que el empleo en Lima Metropolitana creció en 3, 0 por ciento mientras que el empleo en las otras ciudades del Perú en casi 4,4 por ciento. Podemos verificar, por esta razón, que la expansión parece estar acompañada por una expansión efectiva de empleo del sector formal de la economía, es decir, también satisface la segunda condición propia de las marchas ascendentes de los ciclos económicos. Conviene, sin embargo, detenerse en las condiciones que parecen gobernar la misma, ya que ellas nos indican varios aspectos del proceso. Es importante, en primer lugar, destacar que el empleo en provincias, crece a una tasa mayor que el de Lima ya que este hecho nos demuestra con claridad que la política macroeconómica -- fiscal o monetaria—poco tienen que ver con esta coyuntura de crecimiento más o menos general pues en este caso los datos mostrarían una dinámica opuesta, es decir, una expansión mayor en Lima y una menor en provincias. El examen cuidadoso de la evidencia indica, sin embargo, con claridad que ésta ocurriendo. En efecto, el crecimiento del empleo se concentra en las ciudades de la costa como Ica (un crecimiento de 14,0 por ciento), Iquitos (11,5 por ciento), Piura (10, 9 por ciento). Pisco (6,4 por ciento), Paita (5,1 por ciento), etc. En abierto contraste, en el sur del país el empleo permanece estacionario o mostrar cierta retracción. Por ejemplo, en Arequipa, crece esta variable 2,9 por ciento, en el Cusco no muestra crecimiento, en Puno un disminución de 2,8 por ciento y en Tacna de 3,6 por ciento. Como estas son las zonas del país que han aprovechado las ventajas arancelarias del tratado de preferencias andinas podemos, en mi opinión, señalar como causa fundamental de la expansión el notorio crecimiento de las exportaciones no tradicionales, especialmente, el de las exportaciones no tradicionales y así aislar el factor que parece desempeñar el papel fundamental en todo este proceso. En efecto, los datos parecen sugerir un fenómeno no registrado en el Perú desde hace cincuenta años., es decir, que la causa fundamental de esta nueva situación es la dinámica del sector externo, es decir, el crecimiento en el volumen y valor de nuestras exportaciones. Si se sostuviera esta conclusión, las perspectivas para los próximos años, pueden ser bastantes promisoria pues el Perú, después de varios intentos, podría , finalmente, recuperar el camino que llevó , en el pasado, a un proceso de desarrollo continuo y a una expansión continua, sostenida y sin tropiezos, de la producción, el empleo , y los ingresos de la población. Continuamos, con el tema, la próxima semana dado su importancia y obvia relevancia.

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Cuando me sentaba a escribir el artículo de esta semana vino a mi mente un recuerdo que si me decido a comentar es porque lo encuentro vinculado íntimamente con varios aspectos de la coyuntura económica actual. A la mitad de la década pasada, justo en el momento más “glorioso” del régimen de Fujimori, varios profesores de la universidad del Pacífico, organizamos una charla para exponer la forma cómo podía desarrollarse la economía peruana en los siguientes cinco años. Alternativa comercial interesante pues en nuestro país por varias razones los servicios de proyección se concentran indebidamente en un plazo de tiempo más reducido. ¿Acaso, debemos buscar la razón para esta peculiar predisposición del mercado considerando el peculiar contexto económico de los años 80s que incrementó la demanda de éstos? No discuto, sin embargo, más el tema para no irme por las ramas, y sólo menciono dada su relevancia que nuestra proyección incluyó una posibilidad que dejo desconcertado a los asistentes. Era la posibilidad que ocurriera una nueva crisis económica que en 1994 indicamos podía ocurrir en 1997 o 1998. Los argumentos que apoyaban esta conclusión eran, en realidad, como siempre ocurre cuando alguien decide practicar el arte del vaticinio, eran una mezcla amorfa y algo inconsistente, de elementos intuitivos y cálculos de probabilidad con cierta justificación estadística. A pesar de nuestros esfuerzos, los asistentes a nuestra charla salieron algo “perturbados” y la razón básica era que su espíritu no podía concebir, dado la forma como este tiempo se presentaba el panorama, la posibilidad de una nueva crisis económica. Años más tarde, en 1997, ésta ocurrió efectivamente y aunque adivinamos la fecha ocurrió por razones que poco tenían que ver con las que usamos en nuestra inusual exposición de modo que no debe creer el lector que los profesores de la Universidad del Pacífico poseen un talento especial en el ejercicio de estos entretenidos ejercicios. No tiene, por esta razón, la anécdota un carácter comercial sino más bien el propósito de explicar el concepto de “cambio de régimen”, es decir, la posibilidad de un cambio drástico y abrupto de las condiciones económicas. Relevante ya que las opiniones económicas se basan en gran medida en una extrapolación de las tendencias económicas o políticas pero rara vez consideran la posibilidad del cambio de un cambio repentino pero drástico. Probablemente esta dudosa práctica explique por qué se toman tantas decisiones de política pública o se emprendan tantas aventuras empresariales que miradas desde el futuro resultan usando una gentil palabra bastante “tontas”. En realidad, en la mayor parte de los casos, no tenían este carácter sino que estaban plenamente justificadas por las condiciones que imperaban en el momento en que se ejecutaron. Lo que en realidad debe demuestran estos ejemplos es cuán razonable son tres actitudes: atender y considerar todos los puntos de vistas y evitar las opiniones mayoritarias: el hombre actos de mayúscula estupidez cuando así lo hace. Cito ejemplo, comprar en la Florida terrenos llenos de cocodrilos, pagar descomunales precios por cosas que no sólo tienen valor por la gente así lo piensa como acciones de empresas virtudes que nunca ha rendido utilidad o codiciadas raíces vegetales , etc.). Aunque el tema es fascinante debo dejarlo para abordar el tema de la semana no sin mencionar la tercera actitud: saber reconocer cuando es que efectivamente ocurren estos radicales cambios que comento.

Como indicamos la semana pasada, existen varias razones, que nos llevan a pensar que nuestra economía puede experimentar, con seguridad razonable en los próximos meses, una notable expansión. El INE publicó esta semana nueva información que reafirman este punto. Aparecieron, en efectos, varios datos de diciembre y que corresponden a la dinámica de los sectores extractivos: Agricultura, Pesca, y Minería. Todos estos sectores, especialmente, la Pesca y la Minería, siguen creciendo a tasas sustanciales. La pesca, y con ella las industrias de harinas de pescado y conservas, a tasas mayores al 30 por ciento; la Minería, por otro lado, a 8 por ciento. Pero, no son estos los desarrollos más interesantes sino el comportamiento de los sectores que el año pasado sufrieron los estragos de la escasez de agua: Agricultura y Energía. En efecto, todo parece indicar que los efectos de la sequía están finalmente desapareciendo y este punto era, por varias razones, crucial para la economía. La normalización de las condiciones hídricas permitirá, en primer lugar, emplear agua y no petróleo en la producción de energía y con ello amortiguar sustancialmente la presión sobre los costos y precios. En segundo lugar, el aumento en la oferta agrícola, posee un impacto directo e importante en el PBI que las estadísticas tienden a ocultar pues registran de forma clara el impacto directo pero no el indirecto en la Agroindustria, el Comercio y el sector servicios en general. Además y este punto es probablemente el más fundamental, la dinámica de este sector, afecte de forma decisiva la trayectoria de la tasa de inflación Esta variable , como es ampliamente conocido, tuvo el año pasado una preocupante tendencia. En efecto, el indicador superó el límite superior establecido por el Banco Central que tuvo que ejecutar políticas restrictivas para contener esta situación. Así, permitió una apreciación del sol que ha afectado al sector que compite con las importaciones y al sector de exportación. Si consideramos que los alimentos que la participación de los alimentos en la canasta familiar excede al cincuenta por ciento, podemos entender cuán interesante resulta este desarrollo una pronta recuperación de la agricultura porque esta en la práctica puede garantizar que prosiga la marcha descendente de la tasa de inflación. Con la inflación bajo control son factibles diseños de política monetaria más interesantes y apropiados para las circunstancias del momento.

Es, sin embargo, en la dinámica de las cuentas externas y del sector industrial donde e se registran los desarrollos más interesantes. La manufactura, un sector realmente fundamental para la dinámica de nuestra economía, conoce un indudable dinamismo. Pero, éste hecho no es el aspecto más notable sino las razones que explican el crecimiento del sector. Según el banco Central, el sector como un todo, creció en 6,8 por ciento, en el período enero-noviembre del 2004, tasa superior a la media histórica pero, en realidad, poco interesante. Lo importantes, sin embargo, son dos aspectos: la aceleración de la dinámica de crecimiento y la composición de los crecimientos. Mientras en el pasado, la dinámica productiva de estas industrias se vinculo a los vaivenes de la demanda interna, en esta coyuntura tiene un importante componente externo. El Banco Central, en fecho, nos indica, que 3,3 puntos porcentuales se explican por el crecimiento del sector externo y 3.5 porcentuales por el crecimiento del mercado interno y este hecho es una novedad. La industria textil dos puntos porcentuales al crecimiento del sector y junto con la industria del papel contribuyó a explicar casi el cincuenta por ciento del sector. Estos ejemplos nos demuestran claridad el papel fundamental del dinamismo exportador en la generación del dinamismo.

Me gustaría terminar indicando el comportamiento de varios indicadores vinculados a la demanda interna y que sugieren que ha comenzado e trasmitirse el impulso expansivo inicialmente concentrado en el sector exportador. Las importaciones de bienes de consumo registraron una tasa de de expansión de 36, 3 por ciento; las ventas de autos y camionetas nuevas 53, 2 por ciento; la inversión privada 13,7 por ciento y las importaciones de bienes de capital 30, 5 por ciento. La demanda interna como un todo aumentó en 8,12 por ciento.

Es evidente, por esta razón, el dinamismo y no creo que sea necesario citar mas cifras estadísticas para comprobarlo. ¿Cuán sostenible en la situación? ¿Un curiosidad transitoria , similar a burbuja de jabón lanzada al aire por un niño que le divierte contemplar no sólo como los colores penetran su blanca superficie para generar esos espectáculos que por un breve y fugaz momento nos hacen sentir tan cerca de los dioses’? ¿Cómo los castillos en un playa destinados a perdurar tan sólo por un día? ¿Acaso, tan breve como una mariposa de esplendidos colores, criatura esplendida, que muere, sin embargo a los pocos días de nacer?

Intentaré contestar estas preguntas a la brevedad posible cuando me toque presentar argumentos que nos permitan juzgar cuan sostenible es esta coyuntura

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El instituto nacional de estadística (INE) publicará la próxima semana importantes estadísticas que nos permitirán comprender a plenitud el peculiar y excepcional momento por el que atraviesa nuestra economía. Aunque, en estas últimas semanas, estos resultados han sido en gran parte adelantados por las autoridades económicas, las nuevas cifras permitirán estudiar con detalle los distintos canales del nuevo proceso de expansión, realizar un balance e identificar cuáles pueden ser los puntos más frágiles del camino, en muchos sentidos prometedor de los distintos indicadores económicos. ¿Continuará el proceso con la misma energía y fortaleza o gradualmente irá perdiendo fuerza para terminar, como ocurrió en otras ocasiones, finalmente consumido?

La respuesta a esta pregunta depende, en primer lugar, del cauce que tomará la economía mundial y de la forma precisa cómo se resuelvan los desequilibrios que parecen caracterizar las relaciones entre los principales actores económicos. ¿Por qué, preguntarán con razón muchos, estos fenómenos pueden ser relevantes para el Perú? Hay muchas razones y conviene a fin de juzgar con la debida prudencia los valores de las distintas variables económicas en los próximos seis meses muestran, tanto en el sector financiero como en el comercial, la decisiva influencia de las variables internacionales. En primer lugar, un componente importante del crecimiento de la exportación ha sido el incremento en las cotizaciones internacionales de las materias primas ecotadas por el Perú y es poco probable que éstas, en el futuro inmediato, continúen subiendo de precio. En segundo lugar, el aumento en las exportaciones no tradicionales aumenta la sensibilidad de la economía peruana a los desarrollos del mercado mundial en general y el de los Estados Unidos en particular. Quizás, conviene expresar este punto en otras palabras ya que puede tener bastante relevancia en los próximos meses. Cuando la manufactura peruana servía exclusivamente las necesidades del mercado interno, sus niveles de producción no se encontraban directamente influenciados por la dinámica de la economía mundial aunque no eran independientes de la misma sino que los efectos demoraran algún tiempo en transmitirse. Esta situación, sin embargo, cambiará en el futuro dada la importancia creciente de la demanda externa en las ventas globales de este sector. Aquí, dos factores tienen especial importancia: (1) la competitividad del sector; (2) el crecimiento de la demanda en Estados Unidos. El Perú puede enfrentar, en los próximos meses, importantes desafíos en estas áreas. Venció el año pasado el Acuerdo Multifibras que limitaba el acceso de los productos chinos a Estados Unidos y , por esta razón, se inicia este año un importante proceso de reestructuración del comercio de textiles en el mundo. Este puede afectar de forma negativa a las exportaciones de la industria textil y , por esta razón, la producción de esta importante rama de la manufactura nacional. Otras exportaciones pueden encontrar similares dificultades en el futuro inmediato. De otro lado, la probabilidad de una recesión en los Estados Unidos o de un ajuste de la política económica en los Estados Unidos puede ser bastante alta en el 2006 o 2007. El presidente Bush anunció, en las primeras semanas de enero, un nuevo plan económico que contempla modificar el sistema de seguridad social de los Estados Unidos . En el corto plazo, esta reforma del aparato de previsión social puede ampliar el déficit fiscal de este país y, por esta razón, reforzar la tendencia que ya existe hacia el incremento en los tipos de interés internacional. Por otro lado, la política monetaria del sistema de reserva federal experimentará importantes modificaciones.. Durante todo el próximo año subirán los tipos de interés . Además, Alán Greenspan , el actual presidente del sistema de reserva Federal, dejará el cargo el próximo año y con su salida pueden ocurrir importantes modificaciones en el “estilo” de la política monetaria de los Estados Unidos.

Hay también en nuestros desarrollos internos importantes fuerzas que pueden tener relevancia para la dinámica futura de nuestro aparato productivo. Se inicia la campaña electoral y este evento puede tener cierto impacto sobre las condiciones económicas. El Ministerio de Economía y Finanzas anunció en el Marco Macroeconómico Multianual una meta para el déficit fiscal que implica que implica, en la práctica, una política fiscal menos restrictiva. Las nuevas metas fiscales pueden permitir el incremento en la inversión pública y tener , por esta razón, cierta influencia positiva sobre el sector de construcción. De otro lado, el Banco Central parece tener un mayor margen de maniobra para ejecutar una política monetaria que frene la apreciación del sol , enfrente el incremento en las tasas internacionales de interés y haga ajustes necesarios para enfrentar la probable inestabilidad que experimentará el mercado financiero como consecuencia de la campaña electoral. El tercer factor importante es el fin del proceso de negociación del Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos. Tres factores pueden tener importante relevancia : (1) el cronograma de reducción arancelaria ; (2) el tratamiento del sector agrícola ; (3) las restricciones que impone el tratado en las áreas de propiedad intelectual , compras públicas, y otros campos del sector servicios ; y, finalmente, (4) las reacciones políticas internas ante el resultado de estas negociaciones. ¿Cuáles será el balance de costos y beneficios finales del tratado comercial con Estados Unidos ? ¿Cómo administrará el gobierno los conflictos que surgirán como consecuencia de este instrumento comercial? Aún no es posible contesta la pregunta pero es bastante claro que éste posee una importancia fundamental para la economía peruana

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[1] Publicado en el diario Expreso, Enero 2004