Hace algunos meses apareció en el portal que
Parece en consecuencia que el Perú después de ensayar, en el pasado siglo XX, todos los sistemas cambiarios posibles, haber encontrado finalmente una solución a este elusivo problema de política económica. No así este el caso en otros países de América Latina. ¿Debemos, acaso, recordar las enormes dificultades que experimentaron Brasil o espectacular fracaso Argentino y los problemas de competitivos de la economía del Ecuador? No parece necesario aunque estas discusiones parecen tener una naturaleza cíclica y no sería sorprendente que en cinco o diez años vuelvan a renacer la popularidad de las propuestas radicales de dolarización. Esta discusión, por ahora, parece superada pero hay, en el horizonte, financieros nuevos e interesantes problemas que pueden plantear un importante desafío para el diseño de la política monetaria en el Perú y América Latina.
El primer problema importante es cómo responder ante los incrementos en la tasa de interés en estados Unidos. A principios de mes, la tasa de interés de los Estados Unidos llegó a 3.5 por ciento anual y es probable que estos incrementos continúen en el futuro inmediato y que las tasas estadounidenses excedan el 4 por ciento anual al finalizar el año.
El directorio del Banco Central de Reserva del Perú ha decidido no responder ante estos incrementos y mantener la tasa de interés en soles en 3 por ciento anual. Generó la decisión un escenario, es decir, una coyuntura donde la tasa de interés en soles es menor que la tasa en dólares. ¿Habrá habido algún especialista, en los años de 1990s, capaz de imaginar esta inédita coyuntura? ¿Indica, acaso, esta curiosa anomalía que hay importantes cambios en la lógica del sistema financiero internacional y que USA comienza a perder, a favor de otras naciones, el control del sistema financiero internacional? ¡Quien sabe! Pero, ¿qué razones justificaron esta singular pero poco comentada decisión? Las autoridades peruanas citan en
Aunque la decisión de nuestras autoridades es sólo provisional ya que puede ser modificada cuando el directorio apruebe un nuevo programa monetario en Setiembre, es indudable que en los meses por venir pueden crecer las presiones para que el Banco Central aumente el interés en soles. Es claro que esta situación donde el costo de crédito es mayor en USA que el Perú, es difícilmente sostenible, ya que la misma puede provocar una salida de fondos del Perú hacia otras plazas financieras más rentables. Es, sin embargo, improbable, que en el corto plazo se produzca esta salida de capitales pues es probable que la diferencias entre las tasas peruanas y las estadounidenses, sea todavía lo bastante reducida para justificar los costos financieros del movimiento de fondos. Según los expertos en estas cuestiones, cuando se acumula un diferencia entre 1 o 1.5 por ciento, se justifica el movimiento de modo que el Banco central podría ajustar sus tasas en el Perú cuando las tasa en Estados Unidos excedan el cuatro por ciento.
No ha sido el Banco Central del Perú el único banco en el Mundo que decidió no responder a los movimientos del interés en Estados Unidos ya que tampoco lo ha hecho el Banco Central Europeo y varios bancos Centrales de Asia. El problema es que neutralizar mediante la imitación los cambios del interés en Estados Unidos refuerza las presiones hacia la apreciación de las monedas locales y aumenta el costo financiero de las operaciones financieras requeridas para sostener el valor del dólar. Ello es así porque los Bancos Centrales emiten bonos en moneda nacional para financiar las compras de dólares que impiden que esta moneda descienda de precio. Estas operaciones financieras, cuando el tipo de cambio permanece fijo, favorecen al Banco central cuando el costo de los fondos en el Perú es menor al de Estados Unidos. No debe, sin embargo, creer el lector que esta es la razón real que impulso a nuestras autoridades a adoptar su decisión, ya que los bancos centrales no acostumbran a tomar en cuenta cuando adoptan decisiones de política este tipo de consideraciones.
Es interesante mencionar que el Banco Central de Chile se inclina, por el momento, por imitar la política monetaria de Estados Unidos, es decir, incrementa las tasas de interés en Chile si hay un incremento en los Estados Unidos. Aunque esta política podría parecer a primera vista la más sensata ya que evita la necesidad de hacer un ajuste brusco en el futuro no está libre de problemas. Como puede verificarse analizando la gran discusión es la marcada tendencia que muestra el peso chileno hacia la apreciación. En efecto, el valor del dólar en nuestro vecino del sur, acaba de alcanzar su valor más desde julio del 2000 y esta situación ha provocado el reclamo general de todos los exportadores en Chile. Argumentan los exportadores que una ciada mayor del dólar podría afectar la competitividad de las exportaciones de Chile e impedir el desarrollo de nuevos productos de exportación.
El problema es sin duda complicado ya que no resulta obvio cual es el curso más razonable para la política monetaria. Tiene, sin embargo, el Rancio Central , en esta oportunidad tiempo suficiente para analizar las ventajas o desventajas de distintas estrategias de acción dada la cómoda situación en e sector externo.